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Detenidos cuatro indignados en las protestas contra el CIE de Málaga

Los miembros del 15-M bloquearon dos furgones de la policía para evitar la expulsión de un inmigrante del centro - El juez los deja en libertad con cargos

Desde que comenzaron las protestas de los indignados del 15-M en Málaga no se habían registrado detenidos. Hasta ayer. Cuatro miembros de este movimiento fueron arrestados a primera hora de la mañana por paralizar la salida de dos furgonetas policiales del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en un intento de evitar la expulsión de España del ciudadano argelino Sid Hamed Bouziane, a quien el Gobierno ha denegado el asilo político. Los detenidos, tres hombres y una mujer, fueron puestos en libertad a media tarde por orden del juez de guardia. Deberán enfrentarse a un juicio rápido -en una fecha aún por determinar- acusados de desobediencia y delitos contra el orden público.

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Los hechos ocurrieron sobre las 8.30 cuando un grupo de indignados se colocó en un paso de cebra junto a las puertas del CIE para comprobar que Bouziane no era sacado en los furgones. En ese momento, los agentes actuaron contra los manifestantes. "La policía ha empezado a empujar de manera violenta y a correr tras las personas que de manera pacífica estaban intentando mirar el interior del furgón", afirmó el 15-M en un comunicado.

Además de los cuatro detenidos, al menos otras dos personas sufrieron heridas leves, según fuentes del movimiento. Una mujer acudió al Hospital Carlos Haya con un esguince en la rodilla.

Se trata de la tercera vez que la policía desaloja a los indignados de la entrada del CIE, situado en la plaza de Capuchinos, desde la noche del pasado domingo. Miembros del 15-M llevaban concentrados en la plaza desde entonces para evitar la expulsión de Bouziane. Este ciudadano argelino, de 28 años, sostiene que escapó de su país después de que la policía contactara con él en tres ocasiones para pedirle que se infiltrara en el grupo terrorista islamista AIS. Según su testimonio cuatro de sus hermanos, todos ellos muertos en enfrentamientos con las autoridades, militaban en esa organización. El Gobierno español le denegó el asilo el pasado martes al entender que su relato era "falto de lógica" y se basaba en "alegaciones insuficientes, carentes de datos relevantes e inverosímiles". También resalta que Bouziane, que entró en España en noviembre de 2008, no solicitó protección hasta el pasado lunes.

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