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Detenidos seis jóvenes en Baena por violar a una niña de 13 años

Tres menores han ingresado en un centro tutelar y un adulto, en prisión

Una niña de 13 años fue violada presuntamente por seis jóvenes, de entre 13 y 22 años, el 2 de julio en Baena (Córdoba). La violación se produjo en dos etapas, recordó ayer el padre de la menor, Jesús Méndez. Un primer episodio de la pesadilla, en la que sufrió el ataque de cuatro jóvenes, ocurrió hacia las seis de la tarde en los alrededores de la piscina municipal, en una zona poco transitada. Tras esa primera violación en grupo, la niña fue nuevamente forzada por otros dos jóvenes en los vestuarios de la piscina.

El padre de la menor relata que todo comenzó cuando ésta se encontraba en la piscina. Un conocido suyo, con el que, al parecer, había tenido una relación, la llamó y le pidió que saliera. La cría accedió y fuera del recinto descubrió que le esperaba un grupo de chavales. Su amigo le mostró imágenes grabadas en un móvil en las que aparecía ella manteniendo relaciones sexuales con él. Chantajeándole con la amenaza de que mostrarían esas escenas a sus familiares, la obligaron a ser violada por cada uno de ellos tanto en los alrededores de la piscina, como en los vestuarios de ésta. "Mi hija estaba bloqueada, aterrorizada, no se resistió porque no podía", afirmaba ayer su padre.

La cría, aterrorizada, tardó tres días en explicar lo que había pasado
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Según informaron fuentes cercanas al caso, una mujer de edad avanzada fue testigo de la primera de las agresiones y llamó a la Policía Local horas después de lo ocurrido. Al pasar por los alrededores de la piscina, observó que un grupo jóvenes "parecía que forzaban a una niña". Esta testigo tardó unas cinco horas en llamar a la Policía Local de Baena para denunciar los hechos. La Policía Local remitió la denuncia a la Guardia Civil.

En todo caso, tras el asalto, la cría tardó tres días en explicar lo que le había sucedido. Seguía aterrorizada y sólo pudo contárselo a su madre. "Mi niña me contó que me tenía que contar un secreto que no se lo podía contar a nadie ni a papá", explicó ayer la madre, hundida.

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Su hija sigue destrozada. "La estamos llevando a un psicólogo. No ha querido salir de casa ni ver a nadie. Hasta ayer no quiso poner un pie en la calle. Pero casi la obligué a que saliera conmigo y con su hermano, que sólo tiene 10 años", comenta el padre. El niño también está traumatizado y se niega a asomarse más allá de su portal si no es acompañado de sus padres.

Tras conocer los hechos, los padres presentaron una denuncia ante la Guardia Civil. Los seis agresores fueron detenidos. Tres de los menores -dos de 14 años y uno de 15- ingresaron en un centro tutelar por orden judicial. Un cuarto agresor fue puesto en libertad, aunque con orden de alejamiento, al no poder ser imputado, ya que sólo tiene 13 años. En libertad también quedó un quinto agresor -mayor de edad según los familiares de la niña violada- al que tampoco se le pudo imputar delito al ser disminuido psíquico. Por último, el único adulto, de 22 años, fue ingresado en prisión por orden de otro juzgado.

Fuentes judiciales aseguraron que las declaraciones de los tres menores no cayeron en grandes contradicciones, coincidiendo sus versiones en lo básico, excepto en uno de los casos. Las mismas fuentes explicaron que, durante su interrogatorio, los chavales "no parecían ser conscientes de la gravedad de los hechos" de los que se les acusaba.

En principio, no parece que ninguno de ellos proceda de ámbitos familiares conflictivos o desestructurados. De hecho, ayer mismo, un vecino de Baena, trabajador en una obra aledaña a la piscina municipal donde ocurrieron los hechos, no salía de su asombro. "Yo conozco a la familia de uno de los chavales que han atacado a la niña. Son trabajadores normales, como todo el mundo. No sé qué habrá podido pasar. Lo que sí sé es que estarán destrozados. Con estas cosas se destrozan las vidas de todos, la de la víctima y su familia, pero también la de las familias de los otros", aseguraba.

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