Educación cierra el debate de la autoridad de los docentes

La Consejería de Educación ha cerrado el debate sobre el respeto a los docentes en las aulas. Los profesores y maestros de Andalucía tendrán reconocida su autoridad "magistral y académica", pero no la "autoridad pública". Según recordó ayer Mar Moreno, consejera de Educación, que los docentes puedan ser reconocidos como autoridad pública -lo que implicaría que las agresiones contra este colectivo fueran sancionadas automáticamente con más dureza por la justicia- es una competencia del Congreso de los Diputados y no de los gobiernos autonómicos.

Algunas comunidades, como la de Madrid, sí han incluido en su normativa la denominación de "autoridad pública". Pero, según dijo ayer Moreno, estas normas "se quedan en el nombre" porque se trata de una competencia estatal y no regional. "Desde el principio nos hemos apartado de la vertiente penal", reconoció la consejera, quien ayer presentó las principales novedades que se incluirán en los futuros reglamentos de organización de los centros, que entrarán en vigor el próximo curso y que ya han recibido el dictamen positivo del Consejo Escolar de Andalucía, aunque con importantes recomendaciones.

El borrador tiene todavía que recibir el visto bueno del Consejo Consultivo

Moreno negó ayer que en las aulas andaluzas se viva un ambiente generalizado de conflictividad. "No se corresponde con la realidad", aseguró. Hace un mes, Educación presentó el informe sobre convivencia escolar, que se realiza a partir de las incidencias grabadas en el sistema informático Séneca, al que están conectados todos los centros de la comunidad. Sólo el 3,3% de los estudiantes incurren en faltas graves. "La inmensa mayoría de los alumnos andaluces no son conflictivos", dijo entonces la consejera.

El reconocimiento de la "autoridad magistral y académica" estará recogida en los nuevos reglamentos de centros, que fijarán la forma en la que se gestionarán los colegios e institutos de la comunidad. La Junta ha dado ya por cerrada la negociación que mantenía abierta con todos los sectores del sistema de enseñanza para el diseño de los reglamentos. El borrador tendrá que pasar ahora el filtro del Consejo Consultivo y luego será remitido al Consejo de Gobierno para su aprobación.

Uno de los puntos de desencuentro entre la Administración y los sindicatos ha sido el peso de la dirección y de los claustros de profesores. Finalmente, la Consejería, que desde un principio había anunciado que los directores ganarían competencias, ha admitido algunas exigencias de los representantes de los docentes. Como, por ejemplo, que los claustros se encarguen de fijar los criterios pedagógicos de los departamentos de los institutos o el horario que destinarán a estas labores los docentes. Por su parte, los directores tendrán la potestad para nombrar a su equipo y a los jefes de departamento. Además, se les otorgan competencias disciplinarias y tendrán más peso a la hora de cubrir las bajas. También podrán realizar contrataciones de "obras, servicios y suministros".