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Reportaje:RAÍCES

La Huelva de los ingleses

La provincia conserva un importante legado arquitectónico de la Riotinto Company Limited

El Barrio Reina Victoria de la capital onubense o las tranquilas calles de Bellavista en Minas de Riotinto trasladan al paseante a la Inglaterra de finales del Siglo XIX. En 1870, tras la llegada a la Cuenca Minera de Huelva de la Riotinto Company Limited, en pleno apogeo de la revolución industrial inglesa y del poderío de su imperio económico, comienza a abrirse paso en la provincia onubense una arquitectura singular, de la que aún hoy quedan vestigios.

Miguel González Vílchez, de 54 años, arquitecto de la Universidad de Sevilla, institución en la que imparte clase, lamenta 'la importante pérdida de este patrimonio histórico e industrial y la desidia de sus responsables en velar por su integridad'. La tesis doctoral de este catedrático abordó en 1977 la aportación urbanística de los ingleses a la provincia onubense. El pasado mes de octubre, se reeditó la obra titulada Historia de la Arquitectura Inglesa en Huelva, en la que realiza un severo y documentado repaso de las principales construcciones británicas de la compañía minera.

El asentamiento de los ingleses en la provincia onubense se inicia en 1873 por la riqueza de sus minas, sobre todo en Riotinto y Tharsis, 'que llegaron a ser los principales yacimientos de pirita y cobre del mundo'. En ese momento, 'Huelva comienza a poblarse de ferrocarriles, puentes, industrias, almacenes y muelles de embarque', explica González Vílchez.

El Muelle Embarcadero, situado en la capital y restaurado en su último tramo por el Ayuntamiento, 'puede considerarse pionero de la ingeniería de embarque de mineral de la época e introdujo el método revolucionario de cimentación sobre plataformas de madera apoyadas en el lecho del río'. Una obra que llevaron a cabo George B. Bruce y el ingeniero Thomas Gibson. Hoy se puede pasear por su interior y disfrutar de las magníficas puestas de sol que brinda el paisaje, 'pero han desaparecido la mayor parte de sus cubiertas, andenes, faro externo y algunas estructuras auxiliares', asegura el experto.

A principios de siglo, los directivos de la Riotinto Company Limited comienzan a hacer efectivas sus necesidades en materia de viviendas cerca de los centros de trabajo, en Minas de Riotinto. En la década de 1920 se crean los poblados de El Valle y Mesa de Los Pinos, 'poblaciones autosuficientes, con capilla, almacén, casino, escuela y dispensario'.

Cerrado al obrero español

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Posteriormente, se levanta el Barrio de Bellavista, 'cerrado al obrero español, donde empiezan a surgir edificios puramente británicos, como las casas alineadas de esencia victoriana'. Este último barrio, según González Vílchez, 'se ha conservado prácticamente intacto, tanto en su caserío como en sus edificaciones, gracias a la sensibilidad municipal y al criterio responsable de los actuales propietarios'. El profesor destaca la llegada a Huelva, en 1927, del arquitecto Alan Brace.

La compañía comienza de forma paralela a construir en Huelva capital. En 1892, se inaugura el Hotel Colón, actual Casa Colón: 'Un edificio de dudosa inspiración británica y que será la sede de la compañía durante medio siglo'. Esta instalación alberga ahora el Palacio de Congresos y es sede, a lo largo del año, de numerosos acontecimientos sociales y culturales.

Durante la primera década del siglo XX se inician las obras del Barrio Reina Victoria, también denominado Barrio Obrero, diseñado por R. H. Morgan, entonces responsable del Departamento de Construcción de la compañía minera. Esta edificación simétrica de viviendas unifamiliares, 'que destacaba entonces entre la pobreza arquitectónica onubense', se llevó a cabo para cubrir las necesidades de los empleados de la compañía, mientras que los directivos vivían en su mayoría en la Casa Colón. El Barrio Reina Victoria, que se encuentra actualmente en el centro de la capital, propone un toque de distinción al plan urbanístico de la ciudad.

La presencia de los ingleses en Huelva se completa con las casas de verano que construyeron en la localidad costera de Punta Umbría, de las que algunas aún se conservan, sobre todo bungalós de madera.

González Vilchez destaca la labor que lleva a cabo la Fundación Riotinto, que presidiera en sus inicios Ernest Lluch, 'ya que desde su patrocinio se han desarrollado importantes iniciativas como la restauración del hospital inglés y su adecuación a Museo Minero, la remodelación y ampliación de la estación de ferrocarril de Nerva para su transformación en albergue, además de la puesta en marcha de un proyecto turístico en la zona'.

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