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ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

IU mantiene escaños y Valderas recupera su acta

Oficialistas y críticos se preparan para retomar la crisis

Izquierda Unida ha logrado sostener por tercera vez consecutiva el número de parlamentarios, aunque en porcentaje ha vuelto a bajar un escalón más en su camino descendente (casi medio punto). Tras despeñarse en 1996 y 2000 -al caer siete escaños en cada una de las elecciones (20, 13 y 6)-, conserva los seis escaños de 2004 y 2000, si bien ha cambiado el diputado de Jaén por el de Huelva, un gran paso desde el punto de vista cualitativo, ya que se trata del acta de Diego Valderas, coordinador andaluz y candidato a la presidencia. El escaño de Valderas estuvo bailando hasta el último momento. De hecho, el coordinador no salió hasta que se había contando el último voto: en las dos últimas convocatorias perdió el escaño cuando lo daba por hecho y quería estar bien seguro.

El mejor escenario para recuperar la influencia de otras épocas era que el PSOE perdiera su mayoría absoluta y necesitara un socio de gobierno o de legislatura para gestionar con comodidad. Diego Valderas ha evitado durante la campaña hablar directamente de pactos, y ha recurrido constantemente al concepto de ser "determinantes", lo que viene a ser lo mismo, hasta el punto de fijar 15 requisitos para un hipotético compromiso. Este escenario se ha venido abajo, con tramoya incluida.

Mientras se conocían los resultados, varios dirigentes culpaban del estancamiento a la ley electoral que favorece al bipartidismo, y también a los medios de comunicación que han hecho un flaco favor a la diversidad política.

También la emprendían con el coordinador federal, Gaspar Llamazares, con quien la dirección andaluza está enfrentada. Pocos meses antes de las elecciones, IU estaba inmersa en un intenso proceso de desgaste interno provocado por ellos mismos. De hecho, la crisis ha llegado casi a las puertas de la llamada a las urnas, hasta el punto de decretar una tregua exclusivamente para la cita electoral, ya que los problemas de la organización -la lucha por el poder entre el PCE y los críticos- siguen vigentes. Sólo un resultado espectacular, que no ha sido al caso, hubiera evitado lo que desde un sector y otro preparan paran para mañana, pasado mañana y el otro. De hecho, no se ha dejado de trabajar en clave interna ni siquiera en campaña electoral. Los comunistas han estado ampliando la militancia, con reparto de carnés y la aprobación de resoluciones en las que anuncian una mayor influencia en IU, la famosa "salida de la segunda clandestinidad". Ayer ya se vieron algunas avanzadillas.

Los críticos, quienes formaron una plataforma con vistas a la asamblea andaluza que se celebró el pasado mes de diciembre, han trabajado en nuevos manifiestos, que podrían salir a la luz antes de que finalice la semana. Irremediablemente la crisis andaluza se mezclará con la federal, donde se libra una batalla a cuchillo entre el PCE y el sector oficialista de Gaspar Llamazares, aún más después de los pobres resultados en las generales.

Al mismo tiempo que Llamazares anunciaba que no volverá a presentar su candidatura a la coordinación de IU, el secretario general del PCE en Sevilla, Juan de Dios Villanueva, ya estaba pidiendo la cabeza del coordinador federal, aun cuando no se había ni llegado al 25% escrutado en Andalucía. "Si tiene un mínimo de responsabilidad política, debería de presentar esta misma noche".

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Que Diego Valderas esté en el Parlamento tras ocho años fuera es sin duda un plus de fortaleza para la coalición.

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