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IU pone a la alcaldesa de Jaén contra las cuerdas por el convenio rechazado

Peñalver cuestiona el pacto de gobierno y habla de pinza de sus socios y el PP

Ginés Donaire

El pacto de gobierno entre socialistas e Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Jaén vuelve a estar al borde de la ruptura. Tal y como se preveía, las consecuencias del turbulento pleno del viernes, en el que IU sumó sus votos a los del PP para tumbar el convenio urbanístico que el PSOE había negociado con una sociedad vinculada al empresario José María González de Caldas, no se han hecho esperar y amenazan la estabilidad del gobierno municipal. La alcaldesa, la socialista Carmen Peñalver, ha abierto un "periodo de reflexión" para decidir sobre la continuidad o no del pacto después de calificar como "muy grave" la "pinza" entre su socio de gobierno y el PP.

Peñalver no ocultó ayer su indignación por haberse rechazado un convenio urbanístico que le reportaría al Ayuntamiento más de seis millones de euros, un dinero vital para mejorar la liquidez y garantizar el pago a proveedores y las nóminas de los empleados públicos: "PP e IU le han dicho no a la ciudad en un momento de mucha dificultad económica". Peñalver arremetió contra el PP -"no se puede pedir con una mano y apretar con la otra"- y contra su socio de gobierno, a quien llamó a la "responsabilidad" y a que abandonen las "cuitas internas partidarias".

En los últimos 10 meses de mandato municipal, las relaciones entre PSOE e IU vuelven a enturbiarse tras un periodo de aparente estabilidad que había logrado superar las tensiones de los dos primeros años. La división interna podría afectar también a los presupuestos municipales de 2010, aún pendientes de aprobación.

Otra consecuencia del pleno ha sido el incierto futuro del Real Jaén. La alcaldesa volvió ayer a responsabilizar a PP e IU de la posible desaparición del equipo. La no aprobación del convenio urbanístico impidió que González de Caldas adelantara los más de 400.000 euros necesarios para evitar el descenso de categoría, un plazo que concluía en la pasada media noche. Desde el viernes por la tarde, el club activó un plan de emergencia y puso en marcha un maratón para captar donativos y adelantar la llegada de socios con el fin de mantener al club, fundado hace 88 años. Varias decenas de aficionados y peñistas se manifestaron de forma espontánea hasta el Ayuntamiento para pedir la ayuda municipal. "No se muere un equipo, se muere la ciudad", gritaban. Por la tarde, el presidente del club, Juan Manuel Becerra, negoció en Madrid una moratoria de pago ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Al cierre de esta edición se desconocía cuál sería el futuro de la entidad.

Pese al rechazo del convenio urbanístico, el máximo accionista del club, Carlos Sánchez, se reunió con la alcaldesa para buscar una solución de emergencia. Previamente se concentró junto con otros aficionados en el acto de colocación de la primera piedra del futuro centro de salud de la barriada de Expansión Norte, que presidió la consejera de Presidencia, Mar Moreno. Un grupo de empleados de la Agencia Pública del Agua se manifestó con pancartas para rechazar la fusión de la agencia dentro de la empresa Egmasa. Moreno habló con ellos brevemente y les dijo que el objetivo de la Junta no es otro que mejorar la eficiencia de los servicios públicos.

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