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La Iglesia se resiste a cumplir con el ultimátum del Banco de España

El presidente de Cajasur rechaza las vías de escape que le ofrece la consejera

"Si nos intervienen, que nos intervengan". Estas palabras pronunciadas por el representante de IU en el Consejo de Administración de Cajasur el pasado miércoles están siendo asumidas por la vía de los hechos por la entidad controlada por la Iglesia católica. Su presidente, el sacerdote Santiago Gómez Sierra, se resiste a cumplir con el reultimátum del jueves del Banco de España para que el próximo martes, día 1, remita el plan de negocios conjunto de la fusión con Unicaja. De lo contrario será intervenida dado el estado ruinoso en el que se encuentra.

Lejos de soltar presión, Gómez Sierra intentó ayer echar la culpa de una situación mortífera, derivada de la pésima gestión que la Iglesia ha desarrollado en la caja, a la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, por aceptar que primero se apruebe el plan de negocio y luego el acuerdo laboral. Gómez Sierra olvida en su comunicado que no es una opinión de la consejera, sino una orden del Banco de España, al que parece despreciar.

Aguayo y algunos consejeros piden a Asenjo que ponga sensatez

Gómez Sierra fue citado ayer por Martínez Aguayo en la sede de la consejería para que le explicara cuál iba a ser su posición. Y tras la cita, la preocupación más absoluta se instaló en el Gobierno andaluz. El sacerdote acudió a Torre Triana acompañado del directivo Santiago Cabezas, que no había sido invitado y, por lo tanto, permaneció fuera del despacho donde se celebró el encuentro. Según varias fuentes del proceso de negociación, la consejera le abrió dos vías de escape al sacerdote: aportar nuevos números a la consultora Boston Consulting Group para que cambie lo que tenga que cambiar; y después de que lo haya aceptado aprobar el plan de negocios y urgir a la negociación laboral. Gómez Sierra, según estas fuentes, sostuvo que las pérdidas de 528 millones de euros para este año estimadas por la empresa no son ciertas, aunque esa conclusión no la obtuvo de manera fantasmal la consultora, sino por los propios datos suministrados por Cajasur. Gómez Sierra no aceptó ninguna de estas dos vías y pidió a Aguayo que interviniera "ante Unicaja", cuando siempre ha denostado el intervencionismo público.

La consejera también estimó necesaria la mediación del obispo en funciones de Córdoba y jefe de los curas-cajeros en la institución eclesiástica. De hecho, los miembros del Consejo de Administración de Cajasur que votaron a favor del plan de negocios han enviado una carta a Asenjo para que medie con el Cabildo cordobés y les haga entrar en razón, informa Manuel J. Albert. Este paso esconde también un salvoconducto en el caso de que la caja sea intervenida, porque el supervisor abriría expediente a los administradores de la entidad. Fuentes del proceso no descartan que llegado el caso se deriven "responsabilidades penales" contra los gestores de Cajasur.

Desde el sector financiero se vio como un "disparate" que Gómez Sierra acudiera a la reunión con la consejera en lugar de con un planteamiento propio, con una resolución del comité intercentros de la entidad -aprobada sin unanimidad- en la que el sindicato mayoritario Aspromonte convoca una manifestación para el día 3. Ayer se detectaron muchas llamadas de intranquilidad de clientes por el aviso del supervisor.

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Aguayo también mantuvo una reunión con el presidente de Unicaja, Braulio Medel.

Una mujer, delante de un cajero automático de Cajasur.
Una mujer, delante de un cajero automático de Cajasur.F. J. VARGAS

El plan, punto de partida

Cajasur y Unicaja cruzaron ayer comunicados en la prensa. El problema aparente, al menos el que trasciende, es de tiempos. Unicaja -a instancias del Banco de España- urge a que se apruebe ya el plan de negocios como "elemento básico de referencia", también para la fase posterior de negociación laboral. El supervisor ha dado de plazo hasta el día 1 de diciembre para que se apruebe este documento. Pero Cajasur quiere, según se desprende del comunicado remitido ayer, que sea al revés: que se negocie primero el acuerdo laboral y luego se apruebe el plan de negocio.

El presidente de Cajasur, Santiago Gómez Sierra, se mostró ayer "pesimista" y acusó a la Junta de Andalucía de estar "en línea con los postulados esgrimidos desde Unicaja", que apremia para que se apruebe el plan. Unicaja, por su lado, dijo ayer que "valora y respeta la posición de la Junta de Andalucía, proclive a facilitar y ayudar a la consecución de una fusión importante para el sistema financiero andaluz, siempre desde la lógica económica, pero sin amparar formulaciones que no tengan el más mínimo respaldo financiero". Unicaja también advirtió de que sólo se fusionará si hay una "garantía plena para la viabilidad" la entidad futura.

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