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Reportaje:

Joven, ingeniero y músico

Carretero gana el Primer Premio de Composición del Injuve

Alberto Carretero (Sevilla, 1985) es uno de esos jóvenes compositores cuya apuesta por la música contemporánea explora nuevos caminos. Aún no ha cumplido los 24 años y su formación hace compatibles las ciencias y las humanidades. Carretero, que es ingeniero en Informática por la Universidad de Sevilla y licenciado en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de La Rioja, ha trabajado con compositores de la talla de Mauricio Sotelo, José María Sánchez-Verdú o Cristóbal Halffter, entre otros.

"Me engancha tanto el mundo musical como el de la ingeniería. Me gustan tanto los dos que me los tomo a cucharadas. Disfruto mucho. Hay momentos bastante complicados para compatibilizar todo esto. Muchas veces, la gente no comprende esa relación entre disciplinas artísticas y disciplinas científico-tecnológicas. Nos suelen orientar hacia el mundo científico o hacia el humanístico, y cuesta esfuerzo que se entienda que hablamos de lo mismo", explica.

"Me interesa mucho la relación entre la música y las nuevas tecnologías"

Carretero recibió el Primer Premio de Composición Musical el 25 de septiembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Este galardón está dotado con 6.000 euros y la grabación de un disco. El Instituto de la Juventud (Injuve), dependiente del Ministerio de Igualdad, convoca el premio, que suele reunir un centenar largo de candidaturas.

¿Lo tiene fácil un joven compositor en Andalucía? "Nuestros maestros siempre nos dicen que cada vez lo tenemos algo más fácil que ellos. Todavía hay grandes lagunas respecto a Europa. Estamos en un momento muy bueno de crecimiento. Los jóvenes tenemos muchas posibilidades a través de premios o de la programación en las orquestas de corte contemporáneo. También hay ciclos especializados. Creo que vamos por el buen camino, aunque sigue siendo difícil. Necesitamos más infraestructuras y apoyo por parte de la Administración. E ir ganando un público", dice el músico sevillano.

Su formación tecnológica ofrece una aportación decisiva a su música. "Estoy muy interesado en la relación entre la música y las nuevas tecnologías. Trabajo mucho con música electrónica mezclada con música instrumental. A la hora de pensar, el compositor tiene que hacerlo como un arquitecto. La informática está muy relacionada con la arquitectura. El edificio musical tiene que sostenerse y hay que llenarlo de contenido. Pretendo que mi música toque la fibra sensible del público sin que sea una pura entelequia", señala.

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La lejanía de la música contemporánea respecto a amplios sectores del público es un caballo de batalla para muchos compositores. "No creo que a nadie le interese no llegar al público porque, al fin y al cabo, el primer público es uno mismo. Otro público muy importante es el intérprete, que tiene que sentirse cómodo con lo que toca y que esto le aporte algo a su vida. Todo lo desconocido siempre implica un esfuerzo. Un libro en otro idioma cuesta un esfuerzo que muchos no están dispuestos a hacer. Se quedan con lo cómodo. Necesitamos un público sin prejuicios y con la mente abierta, que esté dispuesto a dejarse llevar y seducir", comenta Carretero. Y concluye: "Si el público se frustra, yo me frustro".

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