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El Maestranza estrena dos óperas de Zemlinsky

Pedro Halffter quiere "normalizar" el repertorio de principios del siglo XX

Margot Molina

El Teatro de la Maestranza de Sevilla estrenará el sábado dos óperas del austriaco Alexander Zemlinsky que reflejan la efervescencia cultural de la Viena de principios de siglo XX provocada por el movimiento de la Secession. Una tragedia florentina y El enano se representarán escenificadas por primera en España los días 24, 27, 29 y 31 de mayo en un intento de "normalizar un repertorio operístico olvidado que debe formar parte de la programación habitual de los teatros, algo que ya se consiguió hace unos años con la ópera barroca", precisó ayer Pedro Halffter, director artístico del Teatro de la Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) y quien también estará en el foso en las obras de Zemlinsky.

Los montajes, ambos basados en textos de Oscar Wilde, son una producción del teatro de la Ópera de Fráncfort que cuentan con la dirección escénica de Udo Samel, la escenografía de Tobias Hoheisel y el vestuario de Eva Dessecker.

"Lo más importante de las dos óperas es la relación de Zemlinsky con su alumna Alma Schindler -quien más tarde le abandonaría y se casaría con Mahler-, que le marcó para toda su vida. Los personajes son siempre ellos dos y el argumento tiene claras connotaciones freudianas", explica Halffter.

"En Una tragedia florentina Zemlinsky se presenta a sí mismo como le gustaría ser, el super yo, a través del personaje de Simone un comerciante en la Florencia del siglo XVI que sorprende a su mujer con un amante y lo mata- y en El enano se retrata como un ser deforme a quien su amada rechaza, el infra yo", comenta el director de la sinfónica sevillana.

Alexander Zemlisky (1872-1942) fue compositor, director de orquesta y reconocido maestro de, entre otros, Arnold Schönberg; pero era una persona muy poco agraciada, de quien la misma Alma Mahler se burlaba y a quien definió como un hombre "pequeño, sin barbilla y sin dientes".

"Ambas obras tienen un lenguaje muy artificial, refinado. Zemlinsky lo utilizó conscientemente para reflejar así la incomunicación de las personas. Son dos óperas muy distintas, pero están escritas por el mismo compositor y con muchos otros puntos en común, además de que Wilde es el autor de los textos", dice Samel.

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En Una tragedia florentina el director de escena ha utilizado el Art Decó, el estilo que imperaba en la Viena de la Secession; mientras que en El enano ha creado un palacio con un jardín detrás ubicados en una época atemporal. El argumento de esta ópera, que los amigos de Zemlinsky le desaconsejaron que utilizara por las similitudes que presentaba el personaje con él mismo, está inspirado en Las Meninas, de Velázquez. Una infanta española recibe, como regalo por su 18 cumpleaños, un enano que no es consciente de su deformidad. Él se enamora de la infanta y, al darse cuenta de que no era más que un juguete, muere de tristeza.

"Es un personajes que requiere mucha flexibilidad vocal porque tiene muchos agudos, hacerlo es como caminar por una cuerda floja", asegura el tenor Peter Bronder, quien encarna al enano. Junto a él estarán la soprano Astrid Weber, el barítono James Johnson y la mezzosoprano Karolina Gumos, entre otros.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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