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Reportaje:

Mensaje de calmaCuando el grifo se cierra

Salud prohíbe consumir agua procedente del embalse Corumbel, que abastece a 35.000 vecinos de Huelva

El uso del agua corriente en los 10 municipios afectados del Condado sólo se permite para higiene personal, limpieza doméstica y riego, no para el consumo. "Y así seguirá hasta que la Mancomunidad de Aguas del Condado facilite unos resultados correctos y de garantías", dijo ayer el delegado de Salud de la Junta en Huelva, José Ramón Pozuelo. Pozuelo manda un mensaje de "tranquilidad absoluta" a los afectados. El delegado de Salud indicó que la prohibición de consumir agua se tomó como medida de "precaución" y confió en que, "con las medidas correctoras establecidas, pronto se pueda volver a la normalidad", informa Europa Press.

Responsables municipales como el concejal en el Ayuntamiento de La Palma del Condado Francisco Riquel (PP), pidió la dimisión del presidente de la Mancomunidad de Aguas del Condado, Juan Carlos Sánchez (PSOE), por "ocultar que el agua estaba en mal estado y, por tanto, no apta, desde que el 14 de agosto se realizaron los primeros análisis". Por su parte, el alcalde de Niebla, Francisco Viejo (PA) quiso felicitar a los responsable de la Mancomunidad por la rápida actuación a la hora de solventar el problema, pero afirmó que una vez que se solucionen "habrá que estudiar el tema de las responsabilidades".Comprar agua embotellada ayer en La Palma del Condado (Huelva) era toda una aventura. A primera hora de la mañana, la mayoría de los supermercados, colmados y grandes superficies habían visto como una turba de compradores arrasaba con las existencias.

La Mancomunidad de Aguas del Condado intentaba levantar la medida ayer
"Cuando llegué al supermercado fue como en las rebajas", dice una vecina

El anuncio, el jueves por la noche, de que el agua corriente de ese municipio y otros nueve del Condado de Huelva (Villalba del Alcor, Villarrasa, Escacena del Campo, Paterna del Campo, Manzanilla, Niebla, Bonares, Lucena del Puerto y Chucena) no era apta para el consumo provocó la fiebre.

El problema con el agua fue producto de la alta presencia de trihalometanos, unos subproductos orgánicos que son resultado de la cloración del agua. Cada mes se realizan mediciones sobre el estado del agua y el 14 de agosto se hizo la última. "Los resultados los obtuvimos esta semana y se nos decía que los niveles de trihalometanos eran muy altos, por lo que Salud decidió tomar esta medida preventiva. Pero quiero aclarar que no hablamos de agua contaminada y que los efectos nocivos se pueden producir sólo después de un consumo muy prolongado en el tiempo", destacaba ayer el presidente de la Mancomunidad de Aguas del Condado y alcalde de Bollullos, Juan Carlos Sánchez.

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Sánchez afirma que desde los laboratorios en los que se hacen los estudios se indica que, después de las medidas correctoras que ya se han aplicado, el problema está solucionado. En una nota de prensa de la Mancomunidad se dijo que los técnicos del área de Producción ya habían comenzado a incorporar aguas subterráneas de los pozos a los depósitos de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) para conseguir reducir los índices de trihalometanos. "Esperamos que la vuelta a la normalidad se nos notifique oficialmente y Salud pueda levantar la medida. Intentaremos que sea hoy -por ayer- mismo", apuntó Sánchez.

La Mancomunidad de Aguas del Condado, da de beber a unas 50.000 personas de 13 municipios. Tres de esos pueblos, Rociana, Almonte y Bollullos, se nutren del Acuífero 27, mientras que los 10 restantes lo hacen del embalse Corumbel, que se abastece de agua de lluvia y que es donde se ha detectado los altos niveles de trihalometanos. En total están afectadas unas 35.000 personas.

Vecinos como María Medrano, de La Palma del Condado, se enteraron de la noticia la noche del jueves, cuando la televisión local anunció la prohibición de consumir agua. "Cuando llegué al supermercado fue como en las rebajas, abrieron las puertas y un montón de gente entró en avalancha", dijo entre risas. Una trabajadora del supermercado Carrefour del mismo pueblo afirmaba que más de una hora antes de que abrieran ya había cola.

"Cuando abrimos, fue increíble la gente corría por los pasillos con los carritos de la compra llenos, algunos se caían de lo rápido que iban y las estanterías del agua se vaciaron enseguida", relataba la empleada.

María confía en que el normal abastecimiento se recupere con prontitud. Por el momento ha acumulado una decena de garrafas de seis litros. "Si el agua no viene, no sé cómo nos vamos a apañar para lavarnos. Yo espero que el Ayuntamiento ponga camiones cisterna", aventuraba María. Su vecina Inma Pérez tiene la suerte de tener un pozo en casa de su madre. "Podríamos usarlo si la cosa se complica", decía. Pero esta mujer se preocupa también por la situación en los colegios. "Yo le he dicho a mi hija que se lleve una botella y que no beba de la fuente, aunque supongo que los profesores las habrán cortado todas. Pero, ¿y qué pasa con los que nos han llevado el agua embotellada", se preguntaba.

En pueblos vecinos como Niebla, los habitantes vivían escenas similares. También los dueños de los establecimientos hosteleros sufren las restricciones, aunque algunos han sido previsores, como Alfredo Germán Rodríguez, dueño del restaurante Parada en esa localidad. "Nosotros contamos con unos depósitos de agua en reserva por si acaso y lo hemos estado utilizando. Pero esta noche se nos termina seguro y después, no sé cómo vamos a tirar. Con agua embotellada, supongo", señalaba ayer.

Muchos vecinos se han quejado de la falta de información, lo que ha beneficiado que circulasen libremente los rumores. "Aquí se ha escuchado de todo. Incluso que en los ayuntamientos ya se sabía desde hacía tiempo", dice Margarita Domínguez, vecina de La Palma.

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