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Reportaje:

Muerte ante la multitud

Un hombre falleció tras una brutal paliza en una romería de Dos Hermanas

Javier Martín-Arroyo

El horror está a veces a la vuelta de la esquina. En un ambiente familiar, festivo, incluso religioso. Hace un mes se produjo una escena dantesca con 40 testigos en una romería de Dos Hermanas (Sevilla). Solo uno de ellos reaccionó, aunque no pudo contener la violencia extrema de cuatro personas rodeadas de niños y en una celebración religiosa. El resto contempló impertérrito el salvaje ataque a patadas de tres hombres y una mujer contra Jesús Ruiz. La víctima, cámara de televisión de Canal Sur, falleció después de permanecer en coma dos semanas.

"Cuando volví la cabeza solo vi a un hombre darle una patada en la cabeza a otro desde la jardinera en la que iba. Cuando cayó al suelo, 40 o 50 personas hicieron un corro a su alrededor. Tras gritarles y ver que no paraban, me acerqué y lo abracé por detrás para que dejaran de darle patadas. Pero seguían como si nada". La única testigo que intervino en este homicidio y que pide el anonimato, relata la rabia y frustración que sintió el pasado 17 de octubre. Eran las 12.45 de un domingo soleado.

"Es increíble el ensañamiento y que nadie interviniera", afirma una testigo

De momento no hay detenidos. El Grupo de Homicidios de la policía comenzó a investigar el caso solo cuando Ruiz falleció, hace dos semanas. Antes había estado en coma 15 días y la denuncia no se tramitó como resultado de un homicidio, sino de una violenta pelea sin resultado de muerte. Los agentes revisan ahora las pistas de ese día, entre ellas las fotos y vídeos grabados en los que podrían aparecer los supuestos homicidas. Pero faltan testigos. De las 40 personas que al menos presenciaron la paliza, apenas tres de ellas han presentado un testimonio válido.

José Román, delegado de Seguridad en Dos Hermanas, recuerda el posible encubrimiento en el que algunos vecinos incurren en este crimen. "Reitero la obligación de las personas que hayan visto algo en la reyerta porque se pueden convertir en cómplices. El tema es más complicado de lo que parece porque hablamos de una ciudad con 130.000 habitantes", dice en referencia a la falta de resultados.

La violencia desatada en el ataque fue descomunal. "La primera patada fue horrorosa. No se le puede dar crédito al ensañamiento y al hecho de que nadie se atreviera a intervenir aparte de mí. Solo pararon cuando grité que llamaran a la policía", relata incrédula la testigo. A los cuatro atacantes les esperaban en el carro de caballos una señora mayor y varios niños.

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Esa violencia inaudita se reflejó en el informe médico del Hospital Virgen del Rocío. Las patadas le habían hundido el cráneo seis milímetros, por lo que sufrió "traumatismo craneoencefálico". Días después Ruiz fue intervenido quirúrgicamente pero las lesiones provocaron "un fracaso multiorgánico".

Virginia Ruiz, hija de la víctima, relata que el ataque se desencadenó cuando su familia se había adelantado unos 50 metros tras pasar a la altura de la ermita. "Mi padre nunca ha tenido broncas. Pero... ¿quién va a ir a buscarte a una romería atestada de gente para solucionar un problema?", interroga. La policía sigue investigando para averiguar el móvil y detener a los culpables de esta mortal paliza.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.
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