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Elecciones municipales

Nieto salta sobre las cenizas de IU

La sangría de la izquierda da la mayoría al PP y abre la puerta a Sandokán

Córdoba dio ayer un vuelco y medio. Por un lado, el Partido Popular consigue la largamente perseguida mayoría a costa de una izquierda que, simplemente, se despeñó. La otra sacudida es más difícil de asimilar: Rafael Gómez Sandokán, imputado en el caso Malaya y sancionado multimillonariamente por el Ayuntamiento, es el líder de la segunda fuerza más votada por los cordobeses. No es extraño que el actual alcalde, Andrés Ocaña, que a la cabeza de Izquierda Unida ha perdido más de la mitad de los apoyos, no esperara ni al final del recuento para decir que se iba.

El candidato del Partido Popular, José Antonio Nieto, se convierte en el séptimo alcalde de la democracia. Con su mayoría de 16 concejales termina un largo ciclo de izquierdas en una ciudad que ha sido símbolo del comunismo como única capital gobernada por IU en España. 12 años de gobierno ininterrumpido, en comunión con el PSOE en dos mandatos, acabaron ayer de una manera estrepitosa. El PP arrasó en lo que supone una mayoría absoluta histórica en la ciudad. Superó en más de 15.000 votos los resultados de 2007.

Ocaña no esperó a que acabara el recuento para anunciar que se iba

El otro ingrediente que realmente revoluciona el salón de plenos es la irrupción del populismo descarnado de Unión Cordobesa. El partido de Sandokán, constructor y joyero imputado por cohecho, en libertad bajo fianza de 300.000 euros y multado con 24,6 millones de euros por construir cuatro hectáreas de naves ilegales cerca de Medina Azahara, consiguió cinco ediles. Esta formación de nuevo cuño se convirtió anoche en la segunda fuerza más votada con el 15,23% de los votos, superando a IU. Un botón de lo que se puede esperar de Gómez a partir de ahora: su partido celebró los resultados con una enorme fiesta en las naves ilegales, protagonizada por los espetos de sardinas, la cerveza y la música en directo. Sandokán será, además, el concejal de más edad del nuevo pleno y, por tanto, quien entregue la vara de alcalde a Nieto el día de la investidura.

El actual regidor y candidato de IU, Andrés Ocaña, no sobrevivió al examen de las urnas. Sus cuatro concejales quedan muy lejos de los 11 logrados por Rosa Aguilar en 2007 y más todavía de los 13 de 2003. La exalcaldesa de IU y actual ministra de Medio Ambiente en el Gobierno de Zapatero apoyó en la campaña a Juan Pablo Durán, cabeza de lista del PSOE. Durán no logró superar los cuatro ediles en los que está atascado el PSOE en los dos comicios anteriores. Córdoba es la única capital de Andalucía en la que el PSOE nunca ha ganado unas elecciones municipales.

La debacle de IU es el broche final para una tendencia de caída que empezó a dibujarse en 2007, cuando Aguilar bajó hasta los 11 concejales. La peculiar manera de entender la política de izquierdas de la entonces alcaldesa, quien mantenía buenas relaciones con sectores tradicionalmente conservadores, como la Iglesia -que, a su vez, mandaba en Cajasur- o el propio Sandokán, alejó a Aguilar de su partido y de parte del electorado. Y aquel nicho de votantes que no era simpatizante de IU, pero le era fiel en las urnas, se ha perdido definitivamente. Muchos barrios populares se han entregado a Sandokán y a sus promesas de empleo.

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A la propia crisis de identidad de IU en el Ayuntamiento se han unido diversos componentes que la han terminado de arrojar por el precipicio. Córdoba ha vivido dos años especialmente negros. La ciudad ha perdido el timón de su economía con la intervención de Cajasur y su venta a la vizcaína BBK. Las aventuras de la caja con la burbuja inmobiliaria y, especialmente, con la constructora de Sandokán, Arenal 2000, terminó de hundir la entidad. A su alrededor, empresas señeras del ladrillo, como Noriega, han ido cayendo y el paro subiendo exponencialmente.

El PP, sobre todo, se ha sentado a esperar a que el gobierno municipal se descalabrase. Ha mantenido firme a su infantería para que acudiese a votar y evitar que se le volviese a escapar la alcaldía, como en 2007.

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