_
_
_
_
_

Oña 'castiga' sin cobrar a los concejales que abandonan el pleno de Fuengirola

Lo que Esperanza Oña hace en el Parlamento, donde es portavoz del grupo Popular, no lo permite en el Ayuntamiento de Fuengirola, donde es alcaldesa y donde existe una norma para impedir los abandonos de las sesiones plenarias. Ningún concejal puede irse del pleno sin el permiso explícito de Oña y sin una causa que no sea de fuerza mayor. Y quien lo haga es castigado sin cobrar la dieta correspondiente.

En julio de 2009, la mayoría absoluta del PP en Fuengirola aprobó una modificación al régimen de percepción de dietas de los miembros de la corporación que quitó el derecho a cobrarla a todo aquel que abandone el pleno antes de que concluya sin motivo justificado. Los concejales que no tienen dedicación exclusiva, normalmente, los de la oposición, cobran una asignación por asistencia a plenos y comisiones. En este caso se encuentra la propia alcaldesa, que cobra su sueldo del Parlamento.

La norma establece que para no perder la dieta, el edil que se ausente de la sesión una vez iniciada "obtenga el oportuno permiso o autorización previa de la presidencia por razones motivadas de salud, familiares, profesionales o de fuerza mayor que impidan la permanencia en la sesión o la misma resulte gravosa o perjudicial para el concejal".

Curiosamente, en el debate del asunto en el pleno en el que se aprobó, Oña recriminó a los concejales de la oposición sus continuas protestas, les pidió que fueran respetuosos y acepten en silencio oír cosas que no les gustan e incluso consideró que abandonar un pleno significa que "descaradamente" no se quiere cumplir con el trabajo.

Oña recriminó así a la portavoz del PSOE: "No se trata de ofenderse, me pongo el bolso y me voy, se trata de aguantar porque nos han elegido ya sea en la oposición o en el gobierno para estar en los plenos, para debatir, para aguantar lo que nos gusta y lo que no nos gusta, para hacer ruegos y preguntas en silencio la oposición y en silencio el gobierno, cosa que no se cumple aquí nunca y yo no les puedo contestar, porque ustedes arman el alboroto sistemático. Todo el mundo sabe que a ustedes no les gusta lo que yo digo y entonces se levantan, y si se expulsa a uno, los demás se levantan por solidaridad cristiana, pues miren resulta que si se expulsa a uno, se tendrá que ir el que se va, los demás se van muy ofendidos es que descaradamente no quieren hacer su trabajo porque no se les expulsa, ustedes se cansan y se van como el que se va de una heladería".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_