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El PGOU de Málaga mantiene proyectos "inviables" para el medio ambiente

De la Torre no retocará los puntos más polémicos del planeamiento urbano

Sostenella y no enmedalla. El Ayuntamiento de Málaga, que preside Francisco de la Torre (PP), no va a modificar los proyectos incluidos en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que han sido considerados como "inviables" en los distintos informes sectoriales emitidos por otras administraciones.

El pleno de Málaga celebrará mañana una sesión extraordinaria para aprobar una serie de modificaciones al documento para dar cumplimiento a estos informes sectoriales y para corregir errores, pero no se tocarán proyectos que han tenido algún reparo como la construcción en Arraijanal, última parcela libre en primera línea de playa, las torres de Repsol o el desarrollo de los suelos que ocupó la antigua central térmica junto a la playa de La Misericordia. El Ayuntamiento prevé ingresar 170 millones de euros por los convenios firmados con los propietarios de estos terrenos.

La tercera parte de las viviendas estará en suelos que la Junta ha preservado

En total, el pleno verá 162 modificaciones que, según la asesoría jurídica municipal, no suponen una alteración sustancial del planeamiento aprobado provisionalmente el 14 de agosto de 2008. Por ello, no será necesario convocar un nuevo periodo de información pública.

Especialmente significativa es la desconsideración del consistorio hacia el informe de impacto ambiental que emitió la Consejería de Medio Ambiente. Este departamento considera inviables proyectos como la urbanización en Arraijanal, en los terrenos al norte de la ronda de circunvalación y en la vega del río Campanillas, lo que afecta a unas 8.000 viviendas, prácticamente la tercera parte de las proyectadas en el nuevo PGOU.

Los 500.000 metros cuadrados de Arraijanal ya se preservan como suelo no urbanizable en el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (POTAUM) a punto de ser aprobado por el consejo de Gobierno de la Junta. Pese a que el Ayuntamiento de Málaga conocía esta consideración, firmó con la promotora Vallehermoso un convenio para construir 664 viviendas, hoteles y equipamiento comercial por el que recibirá 28 millones de euros.

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El Ayuntamiento considera que el informe ambiental es una invasión de competencias municipales por parte de la Junta. En noviembre, el consistorio pidió a la consejería que modificara su estudio de impacto amparándose en un informe de la asesoría jurídica municipal. El equipo de gobierno sí ha modificado nueve puntos derivados del informe de impacto ambiental, pero sobre cuestiones menores.

Una vez aprobado por el pleno, el Ayuntamiento remitirá el paquete de modificaciones a la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, que es a la que compete la aprobación definitiva del PGOU, y que, a la vista de la persistencia de estos proyectos ambientalmente inviables, decidirá presumiblemente dejarlos en suspenso. La oposición ha criticado la actitud del alcalde, Francisco de la Torre. El portavoz de IU, Pedro Moreno Brenes, entiende que trata de "eludir los controles de las demás Administraciones", y considera que se requeriría una nueva aprobación provisional con información pública porque sí hay modificaciones sustanciales. El portavoz del PSOE, Rafael Fuentes, critica que el alcalde "se empeña en la defensa de los intereses privados de unos cuantos".

Las torres de los terrenos de Repsol conservan su altura

La Dirección General de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento, conminó al Ayuntamiento de Málaga a reducir las alturas de ocho edificios de más de 100 metros proyectados por el nuevo PGOU en los suelos que ocuparon los depósitos de petróleo de Repsol y en el área de la desaparecida central térmica junto a la playa de La Misericordia al considerar que afectaban a la seguridad aérea. A diferencia de lo ocurrido con los informes de impacto ambiental, que han sido ignorados, el equipo de gobierno de Francisco de la Torre sí ha introducido modificaciones al plan para dar cumplimiento al texto de Aviación Civil, pero sin llegar a la reducción taxativa de las alturas, que se contemplan como una mera posibilidad.

Para la reordenación de los suelos de Repsol, favorecidos además por el soterramiento de las vías del tren que lo atraviesan, el Ayuntamiento contempla un conjunto de edificaciones. Entre ellas se incluye el que será rascacielos más alto de la ciudad, un bloque de 45 plantas con 186 metros de altura. Además, se proyectan otras tres torres de 131, 124 y 117 metros; de entre 31 y 27 plantas. La modificación introducida consiste en añadir a la consideración de máximas de estas alturas en la ficha urbanística la posibilidad de que se puedan reajustar a la baja "en función de las superficies limitadoras de las servidumbres aeronáuticas reflejadas en el plano o en su caso la que finalmente se establezca por la administración competente en dicha materia". El Ayuntamiento aún confía en que Aviación Civil pueda revisar su informe.

La modificación contempla además de que en caso de que se produjera la rebaja de alturas se haga un reparto de la volumetría entre el resto del sector para no perder la edificabilidad prevista y acordada por el consistorio con los promotores del proyecto, que abonarán 84 millones de euros.

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