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El PSOE intenta evitar el KO en marzo

El primer objetivo de Griñán es convencer a los suyos de que las elecciones andaluzas no están perdidas - Eludir la conflictividad regional es clave

Lourdes Lucio

"Hay béticos que van al campo a animar aunque digamos que vamos a perder 10-0. Luego están los béticos que siguen el partido por la radio; los que leen el resultado al día siguiente; y aquellos a los que no les gusta el fútbol, pero simpatizan con el Betis". Esto no es una crónica deportiva sino la descripción de un dirigente del PSOE de cómo han afrontado los militantes socialistas andaluces la campaña electoral, convencidos de que hiciera lo que hiciera su candidato iba a perder por la mala gestión de la crisis económica. Lo que no sabían era la magnitud de la derrota. En Andalucía, 11 diputados y 751.000 papeletas. La segunda debacle en seis meses, tras las municipales del 22 de mayo. La segunda victoria del PP en su historia en Andalucía y a las puertas de las elecciones autonómicas. Ahora, el PSOE intenta evitar perder por KO definitivo en marzo del año que viene. Será la tercera confrontación electoral en 10 meses.

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Para lograr ese objetivo, lo primero que está haciendo su secretario general y candidato a la presidencia de la Junta, José Antonio Griñán, es convencer a los suyos de que pueden recortar la distancia de nueve puntos que les aventaja el PP y seguir gobernando en Andalucía a partir de 2012 y con apoyo de Izquierda Unida. Ganar se considera inalcanzable. Sin esa terapia inicial, de crear un estado de ánimo interno de que es posible lo que muchos consideran imposible, el PSOE no va a ningún lado, dicen los socialistas. Es lo que está haciendo Griñán cuando afirma que en Andalucía han sacado el resultado menos malo de España y al exprimir los datos electorales, bordeando a veces el ridículo. "Nuestra representación en el Congreso era del 21,3% y ahora del 22,7%. La presencia va a ser mayor en porcentaje", dijo el lunes tras analizar el varapalo con su ejecutiva.

Otro de los ingredientes básicos es que no haya conflictividad interna, algo que está por ver ya que la elección de delegados al congreso federal dará pie a que se presenten dos listas en algunas provincias. El PSOE andaluz es un partido con una crisis latente y si no ha saltado -aunque sí ha habido explosiones- ha sido por las sucesivas convocatorias electorales. Hay conflictos provinciales y locales en muchas agrupaciones y el acuerdo al que parece que ha llegado Griñán con los secretarios generales es el de no agresión mutua. El de unir fuerzas y no regionalizar los conflictos. Es lo que un dirigente llama "paz por listas", es decir, integración en las candidaturas sobre la base de las mayorías provinciales. Todos los dirigentes saben que no son unas elecciones más. El futuro del PSOE no es lo mismo manteniendo el Gobierno de Andalucía que fuera de él, tras 30 años continuados de poder. Los 1,2 millones de parados y las tres décadas de mandatos son el principal hándicap del PSOE. Lo reconocen los socialistas y lo sabe el PP de Javier Arenas. Todos los mensajes de los populares conjugan esas dos cifras: millón y medio de parados tras 30 años del PSOE.

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Los carriles por los que se va a mover el partido de Griñán en estos meses están bastante trazados. Descartadas las novedades en la gestión hasta las elecciones y sin promesas programáticas estelares porque no serían creíbles, los socialistas confían en que sus votantes (sus antiguos votantes) comprueben que no existen las varitas mágicas para atajar el paro y en la "realidad del contraste" de las políticas de los gobiernos del PP con las suyas. El caladero adonde se van a dirigir es la abstención e Izquierda Unida. Y aseguran que "con imaginación" aligerarán el peso de la piedra de los 30 años. También confían en Javier Arenas y en el rechazo que, según los datos internos que manejan, provoca en parte del electorado.

Pero si al final, como vaticinan las extrapolaciones de los resultados del pasado domingo, el PP logra mayoría absoluta en el Parlamento andaluz, prepárense para lo que un dirigente ya califica como "las guerras púnicas" del PSOE.

El secretario general del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, habla por teléfono ayer durante el Comité Federal celebrado en Madrid.
El secretario general del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, habla por teléfono ayer durante el Comité Federal celebrado en Madrid.ULY MARTÍN

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