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Reportaje:

Paro forzoso de los molinos de viento

Unos cuarenta aerogeneradores detienen su actividad por la migración de aves

Un total de 38 aerogeneradores de 14 parques eólicos de la provincia de Cádiz detendrán su actividad hasta el próximo 15 de diciembre. Frenarán sus palas para evitar el impacto contra ellas de las aves que atraviesan la zona y que tienen durante estas semanas su mayor actividad migratoria.

Esta paralización temporal se suma a las 908 órdenes de parada que se han emitido desde agosto de 2007, cuando comenzó el programa de vigilancia en los parques eólicos gaditanos. Este plan cuenta con una red de empleados de las propias empresas energéticas y de agentes de la Consejería de Medio Ambiente que observan la ruta de las aves y, en caso de advertir peligro de colisión, emiten un aviso y ordenan la detención del aerogenerador que puede suponer un riesgo. Gracias a este sistema, la mortandad de las aves se ha reducido en un 27% en el último año. Pese a ello, en lo que va de 2008 ya han perecido 79 buitres leonados, una de las especies más afectadas. La Junta de Andalucía, junto a la fundación Migres, utilizan al buitre leonado en sus investigaciones como ave de referencia, como indicador global que les sirve para conocer también el comportamiento de otras especies como el cernícalo o el águila culebrera que también sufren la amenaza de los molinos de viento.

El programa de prevención de la mortandad se va a completar con la aplicación de nuevas tecnologías. Por ejemplo, existe ya un prototipo de detectores automáticos de autoparada, un sistema pionero que consiste en un dispositivo que frena automáticamente el aerogenerador cuando detecta la presencia de un ave a una distancia de 750 metros. Otra aplicación que está en pruebas es la de los túneles de viento, unos sistemas que permiten predecir la ruta de las aves según las condiciones de viento para "determinar dónde es más peligroso instalar un molino o cuál de ellos debería parar dependiendo del tiempo", según Miguel Ferrer, portavoz de Migres.

Ni colores ni señales acústicas

Los métodos utilizados para evitar el impacto de aves durante sus migraciones contra los aerogeneradores de los parques eólicos son diversos: desde cambiar el tipo de torretas por otras con palas tubulares, a pintar éstas con colores vistosos para hacerlas más visibles.

La investigación también ha avanzado en técnicas que utilizan señales acústicas para ahuyentar a las aves a su paso por estas zonas, de un modo similar a lo que se hace en algunos aeropuertos.

Pero según el portavoz de la fundación Migres, Miguel Ferrer, estas técnicas no han resultado tan eficaces como las que se van a poner en marcha en la provincia de Cádiz, y que se basan en el estudio de los itinerarios elegidos por las bandadas en sus migraciones. No se trata, en definitiva, de expulsar a las aves de su camino, sino de impedir que los molinos de viento se interpongan en su ruta.

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