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Pruebas del uso de paralizantes en la perrera de Puerto Real

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha certificado en los juzgados la presencia en la perrera de Puerto Real de paralizantes que se utilizaban, según la denuncia presentada por la asociación El Refugio, para matar a los perros en una técnica que produce una dolorosa agonía. Esta instalación ha podido reabrir sus puertas después de que la Audiencia Provincial levantara las medidas cautelares impuestas por el juez de Puerto Real que instruye este caso de presunto maltrato de animales.

Los agentes del Seprona descubrieron hasta 53 ampollas vacías del fármaco Mioflex y corroboraron la ausencia de anestésicos. Según su testimonio, cuando preguntaron a los veterinarios presentes ellos les dijeron que utilizaban ese medicamento para realizar eutanasias a los animales. En cambio, los sanitarios argumentaron en su declaración que el Mioflex sólo se inyectaba una vez el perro estaba muerto para evitar la rigidez de los animales.

La asociación El Refugio escenificó ayer la agonía de las mascotas en una representación desarrollada en la plaza de San Antonio de Cádiz, donde desplegaron una pancarta de varios metros con los lemas: Perrera de Puerto Real, matadero oficial y Contra el maltrato animal, denúncialo. El portavoz, Ignacio Paunero, lamentó la reapertura de la instalación. "Hay un procedimiento penal abierta contra ella que avanza con gran celeridad. Eso nos anima a seguir denunciado".

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