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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Reinserción de presos

Oímos demasiado hablar en los medios de comunicación que si aquel o el otro delincuente ya han salido de la cárcel, con el daño que hicieron, que no hay justicia, que los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra. Esto crea alarma social. Los propios profesionales encargados de su rehabilitación en los centros penitenciarios dan la razón a los ciudadanos aun cuando son aquéllos los que, con sus informes, permiten su salida de prisión.La Ley Penal nuestra no recoge las condenas a perpetuidad, así que, entre redenciones extraordinarias por trabajo, como antiguamente sucedía, y ahora con el adelantamiento de la libertad condicional, además de otros beneficios, al interno se le reduce la condena y los ciudadanos sometemos a un juicio desacertado a los jueces y a los profesionales de la prisión, que sólo aplican los mecanismos que les permite la ley y que, por consiguiente, no son en nada responsables cuando se mueven dentro del marco de la legalidad.

El principio constitucional de que las penas privativas de libertad se orientarán a la consecución de la resocialización del penado sólo es un principio formal, vacío de contenido. Esto es así porque no hay rehabilitación en prisiones por diferentes motivos, como la falta de recursos humanos, pero aun así el respeto a la persona debe jugar un papel importante a la hora de la reinserción, toda vez que a nadie se le puede obligar por la fuerza a someterse a un tratamiento.

Podemos pensar que la pena de prisión tiene actualmente un efecto intimidatorio con el cual se pretende alejar al delincuente de la vida de delitos. Personalmente creo que la intimidación sólo genera odio hacia la sociedad y no debe constituir el fundamento de una pretendida reinserción porque se observa que no es efectiva. Se hace necesario materializar los medios necesarios, terapéuticos y científicos, aunque el coste sea elevado, y armonizarlos con el respeto a la persona del penado.

Hoy en día es aventurado discutir si ha habido rehabilitación del delincuente, sólo podemos pronunciarnos sobre que si el tiempo transcurrido en prisión ha sido suficiente. Hablar de reinserción y rehabilitación en prisiones son palabras mayores que hay que utilizar con mesura.- Manuel Francisco Felipe Pérez. Motril (Granada).

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