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Roca insiste en que tenía patrimonio antes de trabajar en Marbella con Gil

"No llegué a la ciudad en un Seat Panda, sino con dinero contante y físico", dice

Fernando J. Pérez

Juan Antonio Roca, el principal procesado del caso Malaya, terminó ayer la 24ª jornada del juicio visiblemente cansado. Durante cerca de cuatro horas, el fiscal anticorrupción Juan Carlos López Caballero le interrogó sobre el "descomunal desequilibrio" entre sus ganancias declaradas y la enorme riqueza que disfrutaba sin disimulo. Roca insistió en que antes de ser contratado en 1992 por el fallecido alcalde-constructor Jesús Gil como gerente de la sociedad Planeamiento 2000 él ya contaba con una considerable fortuna.

El supuesto cerebro de la trama de corrupción municipal más extensa de cuantas se han conocido en España negó que llegara arruinado a Marbella y que levantara su patrimonio -tasado en 210 millones de euros- desde la nada. La policía llegó a esta conclusión en sus primeros informes sobre el caso Malaya tras descubrir que una de las sociedades de Roca había presentado quiebra y que el ex asesor estaba en el paro antes de ser contratado por Gil. Hablando de sí en tercera persona, el procesado afirmó: "El señor Roca no llegó a Marbella en un Seat Panda como dijo en una ocasión la policía, sino que llegó con dinero físico y contante, e invirtió en Marbella, después desinvirtió y volvió a invertir en otra cosa".

"No sé a quién ni por cuánto dinero vendí los activos de Marbella Inversiones"
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Roca rechazó el retrato que de él hizo la policía: "Hasta la constitución de las sociedades municipales estaba trabajando en el Club Financiero [el despacho de Gil en Marbella] y no estaba de alta en ninguna empresa. Me apunté al paro, porque todos los empresarios sabemos que a quien saca a una persona del paro se le reduce la cuota de la Seguridad Social. Y usted eso lo asimila a ruina inminente, perentoria y a que estaba pidiendo limosna", dijo dirigiéndose al fiscal.

En un tono algo más crispado que otros días, Roca sostuvo que una de sus primeras empresas, Marbella Inversiones, llegó a tener un patrimonio de 500 millones de pesetas [tres millones de euros], fruto de varios negocios inmobiliarios en la ciudad en los años anteriores al gilismo. "Entre 1991 y 1995 desinvertí en Marbella Inversiones y hago liquidez, que uso para nuevas inversiones", afirmó el exasesor.

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Sin embargo, Roca no supo aclarar a quién vendió los activos de esa empresa. En el caso de unas parcelas propiedad de Marbella Inversiones, Roca afirmó: "No sé a quién se la vendo ni por cuanto dinero. Si compré una parcela de 75 millones [de pesetas], y ya no está en Marbella Inversiones lo que está claro es que la vendí. Y si la compré es porque tenía poder adquisitivo para hacerlo".

"¿Por qué no guarda los documentos de venta?", le preguntó el fiscal. "No guardo cosas pensando en que va usted a hacer un registro; si lo sé, segurísimo que lo hubiera guardado todo", le replicó el procesado. El presidente del tribunal, José Godino, llamó la atención a Roca en varias ocasiones por encararse con el fiscal e intentar dirigir el interrogatorio.

"Hoy estaría comprando barato a la banca"

Cinco años en la cárcel no han hecho que Juan Antonio Roca haya perdido el olfato para los negocios. "Yo he comprado terrenos siempre en época de crisis, cuando los bancos los ponen baratos. Y si hoy estuviera en al calle estaría comprando barato a los bancos. Así lo hice siempre y no me ha ido mal", se jactó el exasesor urbanístico marbellí.

Según Roca, el hecho de que en los años anteriores a su entrada en el Ayuntamiento de Marbella, cuando trabajó de promotor inmobiliario en esa ciudad y en la región de Murcia, devolviera una letra de 6.000 euros que tenía que pagar, no implica que no tuviera dinero: "Todos los empresarios devolvemos letras, a veces incluso porque nos interesa. Si fuera como usted dice, que la devolví porque no tenía fondos, en este país no tiene dinero ni dios", le dijo al fiscal, Juan Carlos López Caballero.

Roca se esforzó en remachar que el entramado societario bajo el cual figuraba su inmenso patrimonio de inmuebles, vehículos, obras de arte y otros objetos de lujo lo financió con su dinero: "Yo tenía dinero físico, aunque fuera oculto, y con ese dinero compré sociedades y suscribí el capital social con dinero oculto, pero físico. No hago gala de no pagar a Hacienda, no digo que sea un señor fenomenal por no pagar a Hacienda, pero quiero demostrar que tenía dinero físico", sostuvo.

El final del interrogatorio se dedicó a repasar el papel de algunos de los considerados principales testaferros de Roca. El hombre fuerte del Ayuntamiento marbellí hasta marzo de 2006 afirmó que contrató a la abogada Montserrat Corulla como "personal de alta dirección" en la sociedad Condeor, dedicada a negocios hoteleros, "por su experiencia porque tenía muy buenos contactos en ese sector". Corulla, que cobraba entre 4.000 y 5.000 euros mensuales, según Roca, se encargaba de gestionar las cuestiones técnicas como licencias, permisos y contratos de arquitectos. El exasesor señaló que Condeor, que invirtió en palacetes y edificios importantes, como los palacios de Villagonzalo y de Tepa, en Madrid, se financiaba "con préstamos de otras empresas del grupo".

En cuanto a Maras Asesores, la empresa del contable Salvador Gardoqui, Roca señaló: "Prácticamente se nutría de las minutas que le giraban mis empresas". Además, dijo, los vehículos que aparecían a nombre de esta sociedad, los usaba él en realidad.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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