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Sevilla restringe el tráfico en el centro entre protestas ciudadanas

El Ayuntamiento cierra las puertas para evitar la entrada de vecinos

Un vehículo sin autorización no podrá permanecer en el casco histórico de Sevilla más de 45 minutos. Si se pasa, multa de 70 euros. El Ayuntamiento de la capital andaluza aprobó ayer, sin el apoyo del PP, el plan que regulará la circulación en el centro.

La medida, que será sancionadora a partir del 8 de diciembre (Día de la Inmaculada), provocó ayer la protesta de 200 ciudadanos de 10 asociaciones vecinales, que se manifestaron durante una hora delante del consistorio. Al enterarse de que se acababa de aceptar, algunos trataron de entrar en el edificio a empujones, provocando que los cuatro policías locales que custodian la entrada cerrasen la puerta del Consistorio.

Los vecinos querían que cuatro portavoces entrasen en el pleno para presentar sus mínimos antes de la aprobación del plan: aparcamientos gratuitos en la periferia del centro; líneas de metro finalizadas y más autobuses. Pero el ambiente en el exterior del edificio se caldeó al conocer que dentro, con 17 votos a favor, se había aprobado el proyecto. Y el malestar cundió cuando el portavoz del PP, Juan Ignacio Zoido, salió con un megáfono a hacer del movimiento vecinal su causa. Las asociaciones reivindicaron el carácter apolítico de la concentración.Una reunión a las 9.00 retrasó ayer hasta el Día de la Inmaculada (8 de diciembre), la fecha de aplicación de la multa para los conductores que pasen más de 45 minutos en el casco histórico de Sevilla. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, mantuvo un encuentro, previo al pleno, con representantes vecinales, de consumidores y ciclistas. Le reclamaron un periodo de adaptación y accedió.

El candidato del PP promete eliminar las restricciones si llega a la alcaldía

A la cita acudió la Federación de Asociaciones de Vecinos, pero solo representa a dos colectivos del centro. Una circunstancia que hizo elevar las quejas de las 10 asociaciones que protestaron ante la puerta del Ayuntamiento. El concejal de Movilidad, Francisco Fernández, justificó a este periódico que el alcalde "mantuvo contacto con la gente que defiende la filosofía del plan". Los 200 ciudadanos que se manifestaron, no estaban entre los elegidos.

Nerviosos, algunos empezaron a empujar para entrar al Ayuntamiento. Habían pedido que al menos cuatro portavoces pudiesen acceder al pleno, pero entendieron que se les denegaba. La confusión provocó que las representantes entrasen entre codazos y gritos contra el alcalde. Tan caldeado estaba el ambiente, que la Policía Local cerró a empujones la puerta al resto. Durante 20 minutos, después de enterarse del visto bueno al plan, solo se pudo salir del consistorio por la puerta de atrás. Y entre tanto, Juan Ignacio Zoido, que se comprometió a anular la restricción si es alcalde.

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El portavoz del PP salió con un megáfono a las escaleras del edificio y reprochó la puesta en marcha de un proyecto "que prohíbe por prohibir, sin tener una red completa de transportes públicos". Los vecinos reprobaron su aparición, pese a que Zoido asegurase que estaba allí por petición popular. "Su presencia es lo que más nos ha molestado. Somos asociaciones apolíticas. Algunos partidos quisieron sumarse a la concentración y nos negamos", afirmó ayer Dolores Dávila, presidenta vecinal en Estación de Córdoba. Pese al intento, tanto PSOE como IU calificaron la manifestación de acto político. Y es que el portavoz del PP había enviado previamente un correo electrónico animando a sus militantes y a una asociación afín. El documento rezaba: "...Si estás en contra de esta prohibición y quieres que tu voz se escuche, acude a la concentración, a las 11, a las puertas del Ayuntamiento..."

Tras el discurso de Zoido, Dávila y otras compañeras asistieron a una reunión para conocer la magnitud final del plan. Un encuentro que tuvieron con un portavoz de Movilidad y del que no salieron convencidas. Dávila anunció que recurrirán un proyecto por el que se han dispuesto 20 cámaras (11 de entrada y 9 de salida) para vigilar un casco histórico al que entran 265.000 vehículos diarios desde el área metropolitana.

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