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El debate de la movilidad

Sevilla veta el tráfico privado en el casco histórico

Circular en coche más de 45 minutos por el centro se multará con 70 euros

A partir de septiembre, conducir por el centro de Sevilla se va a convertir en una hazaña para muchos ciudadanos. Aquellos que quieran acceder con su vehículo solo podrán circular durante 45 minutos -entre las 8.00 y las 22.00- para evitar una multa de 70 euros, independientemente del tiempo que se exceda.

Por ello, el Ayuntamiento ha instalado un total de 20 cámaras en los accesos y salidas del centro, con la única función de controlar el tiempo de circulación de los vehículos privados. Esta nueva medida forma parte del Plan de Ordenación Viaria del Casco Antiguo y Protección de la Zona Monumental -previsto para su aprobación el próximo 16 de julio- con el que se pretende mejorar la calidad de vida de los transeúntes, frente a la congestión y contaminación que produce la invasión de más de 100.000 vehículos diarios, según fuentes municipales.

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Solo hay que prestar atención a los itinerarios determinados para no cometer una infracción. La Concejalía de Movilidad ha establecido 11 puertas de acceso (Puerta de la Barqueta, calle San Luis, Puerta de Córdoba, calle Trinidad, Puñonrostro, San Esteban, San Gregorio, Reyes Católicos, Pedro del Toro, Baños y Curtidurías) y nueve de salida (Feria, Corinto, Valle, Santiago, Santa María La Blanca, Arfe-García Vinuesa, Canalejas, Puerta Real y Narciso Bonaplata), cada una con su correspondiente cámara instalada sobre un mástil gris de más de tres metros de altura, y un panel informativo para seguir correctamente la ruta.

La cámara capta la matrícula del vehículo, que pasa a un registro informático del Centro de Control de Tráfico. Cuando el conductor quiera abandonar el perímetro regulado, deberá salir por una de las salidas específicas para hacer constar el tiempo transcurrido durante la visita.

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Pero hay una forma de ampliar el tiempo de permanencia de manera ilimitada: estacionando en alguno de los seis aparcamientos subterráneos situados en el interior del casco antiguo. La sincronización de las cámaras de los aparcamientos con las de entrada y salida al centro permite computar el tiempo restante hasta los 45 minutos cuando el vehículo se incorpore de nuevo a la circulación.

El grupo municipal del PP y varias asociaciones de vecinos del centro se han mostrado contrarios a la aplicación del proyecto. Los populares creen que "sería necesario un programa de construcción de aparcamientos" en varios puntos de la zona delimitada. Según Movilidad, los estacionamientos subterráneos "no alcanzan el 50% de ocupación de las más de 1.200 plazas disponibles en horario comercial".

Además, el delegado de Movilidad, Francisco Fernández, anunció a comienzos de esta semana la ampliación del aparcamiento de Paseo Colón, y la puesta en marcha de dos más para residentes en San Luis y a la altura de Mendigorría.

Podrán circular libremente los residentes, los titulares de un estacionamiento, los servicios públicos y de emergencias (taxis, ambulancias, camiones de recogida de basura, bomberos), las personas con movilidad reducida, los vehículos eléctricos y los ciclomotores. Deberán solicitar -excepto los ciclomotores- una acreditación o autorización, según el caso, en la Junta Municipal del Distrito Casco Antiguo.

También existe la posibilidad de obtener una autorización para casos puntuales, como descarga de mercancías, clientes de hotel, transporte escolar, mudanzas, o talleres de reparación de vehículos.

La situación se complica para los que tengan su lugar de trabajo dentro de la corona histórica y no usen el transporte público, aunque existen casos especiales: "En 45 minutos no me da tiempo a llegar con la furgoneta, descargar, colocar la mercancía y abrir el negocio", explica Carmen desde el interior del puesto número 33 de frutas y verduras del Mercado de Abastos de la calle Feria. Este y otros casos, como el de los visitadores de farmacia que necesitan obligatoriamente el coche para trabajar, serán estudiados por el Ayuntamiento para facilitarles una autorización especial para que puedan desempeñar su labor sin miedo a las multas.

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