_
_
_
_
_
Entrevista:ÁNGEL ESTEBAN | Autor de 'Cuando llegan las musas' | Signos

'Todos los escritores tienen extrañas manías sin las que no podrían escribir'

Igual que la Historia tiene su intrahistoria, como definió Miguel de Unamuno a la vida cotidiana de gente cotidiana que transcurre al margen de los grandes hechos, los escritores tienen también sus pequeños andamiajes. Sus manías. Las costumbres diarias que terminan convirtiéndose en una especie de ritual que da origen a sus novelas. ¿Cómo escribe un escritor, en qué sitio de la casa? ¿Qué necesita para inspirarse? ¿Cuánto escribe al día? Ésas fueron las preguntas que se hicieron el profesor de Literatura de la Universidad de Granada Ángel Esteban y un compañero, Raúl Cremades, y que les ha llevado a un libro apasionante: Cuando llegan las musas (Espasa), una obra en la que, bien de primera mano o gracias a amigos íntimos, desvelan los secretos de Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Julio Cortázar, Rafael Alberti, Octavio Paz, Pablo Neruda o Buero Vallejo, entre otros. La intrahistoria de la literatura.

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

Respuesta. Queríamos escribir un libro sobre escritores. Un día conocí a Mario Vargas Llosa por casualidad. Tenía curiosidad por saber anécdotas sobre su literatura. En otra ocasión, me encontré a Jorge Edwards en Miami, y le comenté el proyecto. Después conocí a Cabrera Infante, a Saramago. Con tales contactos, el resto fue fácil. Cuando les explicábamos nuestra idea de conocer detalles de su vida relacionados con la literatura, sus manías para escribir, todos se sintieron muy entusiasmados con el proyecto. A Isabel Allende, por ejemplo, la entrevisté a través de un chat. Lo curioso es cómo todos los escritores tienen extrañas manías sin las que no podrían escribir.

P. ¿A cuántos escritores entrevistaron al final?

R. Hemos incluido a 16 escritores. Con unos hablamos directamente. Con otros, los ya fallecidos, con amigos íntimos. No pudimos hablar con García Márquez porque se encontraba ingresado en un hospital. Pero lo hicimos con sus más allegados.

P. ¿Quién les resultó el escritor más maniático, el de costumbres más raras para sentarse a escribir?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

R. Gabriel García Márquez. Para escribir, por ejemplo, necesita estar en una habitación con una temperatura determinada. Debe tener en su mesa una flor amarilla, de lo contrario no se sienta a escribir. Y siempre lo hace descalzo. Si no está inspirado, nos contaron, no escribe absolutamente nada. A veces puede tirarse meses sin escribir una sola línea.

P. En su libro hablan también de las 'rarezas' de Isabel Allende...

R. Sí. Hace conjuros antes de ponerse a escribir. Tiene fetiches y comienza todas sus novelas el 8 de enero. Al empezar a escribir, enciende una vela. Cuando la vela se apaga, deja de escribir, esté por donde esté. Lo deja todo.

P. ¿Son disciplinados los escritores?

R. En su mayoría sí. Suelen ser personas de costumbres muy arraigadas. Guillermo Cabrera Infante, por ejemplo, sólo escribe de dos a cinco de la tarde. José Saramago nunca escribe más de dos folios al día. Aunque tenga una idea a medio desarrollar, se detiene ahí. Dice que nadie es capaz de escribir más de dos buenos folios de literatura al día. Y Mario Vargas Llosa, por ejemplo, es un maniático del orden. Es muy disciplinado. Por la mañana escribe en casa, y por la tarde, en una biblioteca. Lo hace de lunes a sábado. El domingo lo dedica a sus artículos periodísticos.

P. De Vargas Llosa se suele comentar que tiene un orden casi obsesivo...

R. Así es. Estuve visitándolo en su casa de Londres. Allí vi que los libros de su biblioteca están ordenados por motivos curiosos: por tamaño, por países... Luego tiene montones de figuras de hipopótamos de todas clases. Eso fue a raíz de uno de sus primeros relatos, Katy y el hipopótamo. Sus amigos decidieron regalarle figuritas de hipopótamos. Ahora la casa está llena de ellos.

P. ¿Toman algo para inspirarse, le han confesado si usan drogas?

R. No. Muchos de ellos beben alcohol, pero tampoco lo hacen en exceso.

P. ¿Qué fue lo que más les sorprendió del proceso de creación de alguno de los autores?

R. La increíble constancia de García Márquez. Puede tirarse 30 años con una idea en la cabeza, y no se sienta a escribirla hasta que la tiene perfectamente atada. Una vez alguien le aconsejó que, si quería hacer un buen relato, antes tenía que contarlo muchas veces, para ver qué partes atraían al oyente y cuáles le aburrían. Eso es lo que suele hacer con sus novelas. Las cuenta y las cuenta y las cuenta. Apasiona a la gente. Conforme las va contando va inventando nuevos detalles, hasta que ve que la historia funciona. Estuvo contando la historia de Crónica de una muerte anunciada durante 30 años. También es curiosa la forma en que se inspira en cosas que han sucedido en su vida o que le contaron sus padres y sus abuelos. Cien años de soledad es el compendio de historias que le contaba su abuelo. El amor en los tiempos del cólera está inspirado en sus padres.

P. ¿Tienen algún nuevo proyecto similar a este libro?

R. Sí. Uno es una biografía de Borges desde el punto de vista de María Kodama, su viuda, y otro es sobre cómo nacieron las 50 mejores obras de la literatura universal, desde El Quijote hasta Crimen y castigo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_