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De la Torre persiste en proyectos que Medio Ambiente estima inviables

Discrepancias por la expansión en Campanillas, Churriana y sobre la ronda

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga que se considerará hoy a aprobación provisional del pleno municipal mantiene proyectos del documento inicial que el informe de impacto ambiental consideró inviables, como la construcción al norte de las rondas de circunvalación, la ocupación de Arraijanal o determinados desarrollos residenciales en Churriana y Campanillas que sólo han sido corregidos parcialmente. Ahora corren el riesgo de ser vetados por la administración autonómica, que tiene la competencia de la aprobación definitiva del planeamiento.

Tampoco da satisfacción plenamente el nuevo documento a las correcciones que sugirió la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio en el informe de incidencia territorial, especialmente en materia de infraestructuras y de transportes y de protección de suelo.

Sobre el diseño del desarrollo en Churriana y Campanillas persisten serias discrepancias entre la administración autonómica y el consistorio que gobierna Francisco de la Torre. Se trata de las zonas de crecimiento natural de la ciudad, donde se extiende la presión residencial, hay que localizar también nuevos suelos de oportunidad para actividades económicas, y compatibilizarlo con la protección de de las vegas del Campanillas y el Guadalhorce, o el impacto acústico del aeropuerto, en Churriana.

El arquitecto director del plan, Damián Quero, ha reconocido que se han introducido algunas modificaciones, pero son muy puntuales en cuanto a ubicación de determinados equipamientos o alguna parcela residencial por los informes sectoriales como los de Medio Ambiente o Aena, pero al mismo tiempo espera que la Junta también revise y por ejemplo reduzca la extensión del polígono logístico que el Plan de Ordenación del Territorio localiza en Santa Rosalía Maqueda.

Pero el grueso de los desarrollos de mantienen, que es lo que los informes cuestionaban. El impacto ambiental por ejemplo declaró inviable las propuestas de desarrollo en la Sierra de Churriana, donde ahora se ha aumentado la superficie a desarrollar y la edificabilidad para compensar la pérdida de uso residencial junto al aeropuerto que Aena desaconsejó. En Campanillas, la Junta aconsejó revisar los crecimientos residenciales.

En el PGOU de Málaga que hoy se somete a aprobación tampoco hay una reducción en la previsión de nuevas viviendas que el informe de incidencia territorial de la Junta consideró "sobredimensionada". El plan desarrolla suelo para la construcción de 70.116 viviendas, de las que 36.225 son realmente de nueva programación y el resto son residencias contempladas en el plan vigente desde 1998, que aún no se han ejecutado.

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El documento que se aprobó inicialmente y sobre el que se pronunció Obras Públicas contemplaba algo más, 74.331, pero no es que haya habido una correción a la baja, sino que han transcurrido dos años -la aprobación inicial se produjo el 26 de julio de 2006- en los que se ha construido. Sólo en 2007 el Ayuntamiento concedió licencias de obras para 5.638 viviendas, el segundo año más productivo desde 1998, cuando se aprobó el vigente PGOU, pese a que ya estaba en revisión el plan. A ellas hay que unir otras 1.045 licencias concedidas en los primeros seis meses del presente año.

De hecho, en el planteamiento de desarrollos residenciales de nuevo cuño hay un aumento respecto a la aprobación inicial. Aquella contemplaba 33.182 casas, y la que se aprueba hoy incluye 36.225. El equipo de Gobierno calcula que en julio de 2009, cuando se estima que entre en vigor el nuevo plan, la previsión real será ya de 66.418 viviendas, cifra que considera muy alejada de las 86.000 que contempló el plan vigente y más ajustada a la realidad. Si se mantuviera el ritmo de construcción de los últimos años, la previsión da para otros 16.

El equipo de Gobierno que preside Francisco de la Torre resalta como una de las principales características del plan su apuesta por la vivienda protegida, un 36% de las de nueva programación, seis puntos más a lo que obliga la ley.

Otros asuntos que se mantienen en el PGOU pese al conocido rechazo de la Junta es el tan traído proyecto de Arraijanal. En la aprobación inicial se incluyó la marina deportiva sin uso residencial y Medio Ambiente lo consideró inviable en aras a preservar el único espacio libre junto a la playa que queda en la ciudad, motivo por el que es de prever que rechace también el nuevo proyecto de construir 664 viviendas sin puerto deportivo.

También mantiene el plan dar el salto a la ronda y construir unas 500 viviendas en Limonar Alto, considerado inviable por Medio Ambiente. Y además incluye ahora un proyecto que la administración autonómica que debe autorizarlo no considera, un puerto deportivo en El Morlaco.

Llega la feria

Es agosto y en Málaga víspera de feria, pero no debe extrañar que un día así haya sido el elegido por el alcalde, Francisco de la Torre, para un asunto tan crucial como someter a la consideración del pleno el Plan de Ordenación Urbana (PGOU) que dibuja el desarrollo de la ciudad para los próximos años. El primer PGOU de los tres elaborados en democracia que no es consensuado con la oposición.

No es la primera vez. Hace tres años, el mismo día del pregón de feria, hubo pleno para, curiosamente, aprobar un trámite sobre el suelo de Arraijanal, uno de los asuntos que más ha vuelto a dar que hablar en los últimos días por la urbanización con 664 viviendas en un suelo junto a la playa que Medio Ambiente quiere proteger. Aquel día también se aprobó un convenio para un aumento de a edificabilidad a cambio de 50 millones de euros.

Y un año antes, también el mismo día del pregón, el PP coló en el orden del día de un pleno para designar miembros de jurado tributario la recalificación de 253.000 metros cuadrados de suelo rústico para una fábrica de Coca-cola y la autorización a El Corte Inglés de unas obras de ampliación que ya había iniciado sin licencia.

La oposición se queja de que un día como hoy el PGOU no será una noticia con el alcance que merece y entiende que es una muestra del oscurantismo en la elaboración del plan, al que no ha tenido acceso hasta seis días antes de aprobarse, y un intento de hurtar el debate.

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