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La UPA tantea un acuerdo entre SOS y los olivareros

Ginés Donaire

El fracaso de la operación de entrada de los productores andaluces en el accionariado del grupo SOS podría paliarse, de algún modo, con un acuerdo comercial a dos bandas en el que los olivareros tuvieran en el líder mundial en el comercio del aceite de oliva la mejor plataforma posible para colocar su producto en los mercados emergentes.

Las negociaciones para hacer posible este acuerdo las está impulsando la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Andalucía, cuyo secretario general, Agustín Rodríguez, se mostró ayer optimista con esta nueva vía: "Vamos a tener con casi toda seguridad un acuerdo beneficioso para ambas partes y que se refleje en los intereses de los olivareros".

En principio, de este convenio se beneficiarían las almazaras que forman parte del grupo Interóleo Picual Jaén, uno de los dos -el otro fue Hojiblanca- que más pugnó por entrar en el capital social de SOS tras la ampliación de capital culminada el mes pasado.

La intención de los olivareros es aprovechar la estructura comercial del grupo SOS -propietario de las marcas Koype y Carbonell- para adentrarse en los mercados exteriores, en especial en Estados Unidos.

Para Agustín Rodríguez, la colaboración con el gigante alimentario es fundamental para dar salida al incremento de las producciones de aceite, que alcanzarán los dos millones de toneladas a finales de esta década.

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Esta fórmula, añadió el responsable regional de UPA, es la mejor opción para luchar contra los bajos precios en origen del aceite, una situación que en el último año acarreó pérdidas de 500 millones de euros entre los productores andaluces, según esta organización agraria.

Aunque la vocación del acuerdo sería comercial, a nadie escapa que este grupo de almazaras aspira también a luchar contra la posición dominante de las grandes cadenas de distribución.

"El código de buenas prácticas ha llegado el momento de implantarlo en este país. No es bueno que esta posición dominante y abusiva de la gran distribución esté condicionando y planteando políticas y precios a los productores y también a los envasadores. El enemigo a batir por ambos es la política abusiva de la gran distribución", recalcó ayer Agustín Rodríguez.

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