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30 años para una reparación moral

El Gobierno indemniza a 10 gays y transexuales represaliados por Franco

Reyes Rincón

Soraya se encontraba un día de finales de los sesenta pintando un chalé de Punta Umbría (Huelva) en compañía de cuatro amigas cuando les visitó la Guardia Civil. A los agentes les había resultado sospechoso el pañuelo que se habían puesto en la cabeza para no mancharse de cal. Les llevaron a "un cuartillo" y al cabo de un rato les dejaron libres. Pero volvieron a buscarles pasado un mes. Esta vez las encontraron en sus casas, en Sevilla, y las llevaron ante el juez, que les envió a la cárcel. Su delito: ser transexual.

"Mis padres me pusieron un abogado y estuve un mes", recordaba ayer Soraya. "Lo mío se lo perdono. Pero el sufrimiento que pasaron mi padre y mi madre, no". Ella, que cuando estuvo en la cárcel tenía 17 años, es una de las 10 personas que fueron represaliadas por el franquismo por su condición sexual y a las que ha asesorado la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA) para tramitar su reparación moral, reconocida en la ley de memoria histórica.

El importe de las compensaciones oscila entre 4.000 y 12.000 euros

El importe de las indemnizaciones depende del tiempo que el afectado pasó en prisión y oscila entre los 4.000 euros (para los que estuvieron entre uno y seis meses) y los 12.000 (más de un año). "El dinero es insignificante. No hay dinero que pague lo que sufrieron aquellas personas. Lo importante es la reparación moral", advierte la presidenta de ATA, Mar Cambrollé. De las indemnizaciones gestionadas por su asociación y ya resultas con éxito, cinco corresponden a gays y otras cinco a transexuales. "La ley franquista estaba hecha para reprimir a los homosexuales, pero a quienes golpeó de forma brutal fue a los transexuales, porque se nos negó nuestra identidad", afirma Cambrollé. A la mayoría de las mujeres transexuales, una vez en la cárcel, les cortaban la melena. Es lo que le hicieron a Lola, a la que detuvieron a principios de los setenta cuando estaba en un bar de la Gran Plaza, en Sevilla. "Era un sitio donde solíamos reunirnos transexuales y vinieron a por nosotras".

ATA ha tramitado otros dos casos que están a punto de resolverse y ha asesorado a transexuales de otras comunidades (entre los 10 indemnizados hay un caso de Asturias, otro de Galicia y un tercero de Cataluña). Los datos recogidos por las asociaciones cifran en más de 5.000 las personas que fueron represaliadas por su condición sexual, aunque solo unas 2.000 han pedido la reparación moral. "Otros han muerto o prefieren no revolver el pasado", cuenta Cambrollé. "Yo vivía en Triana y había veces que no podía pasar del puente para ir a Sevilla. La policía me llegó a parar 14 o 15 veces un mismo día. Solo por tener pluma", recuerda Soraya.

A Rafael Postigo también le detuvieron en Triana, en plena velá del barrio, en julio de 1963. "Me cogieron sin motivo y sin razón y me metieron seis meses en la cárcel". "Yo era la Lola", cuenta mientras muestra una foto suya de aquellos años en los que se ve a una joven de aspecto exuberante y poca ropa. "En esos años ir así era una bomba explosiva", afirma.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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