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El arquitecto del derribo del Bazar España culpa de nuevo al fuerte viento

El juez Tirado rechazó las cuestiones de nulidad de las defensas

La segunda jornada del juicio oral sobre el caso Bazar España sirvió para dar los primeros pasos en el intento de dirimir y aclarar responsabilidades. Aunque, eso sí, no faltaron algunas argucias estrictamente legalistas por parte de las defensas. Después de que el juez comunicara su decisión de desestimar las cuestiones de nulidad, estos letrados presentaron una batería de nuevas pruebas periciales y testificales.

El titular accidental del Juzgado de lo Penal número 2 de Sevilla -se ha hecho cargo del caso después de la inhibición de la juez Carmen Barrero- desestimó las cuestiones previas presentadas por tres de los imputados por una presunta indefensión. El juez admitió lo "parco" del auto del juzgado de Instrucción, pero sostuvo que los acusados estaban avisados de sobra de los motivos de su imputación. Así destacó que el auto de la Audiencia Provincial del que mana el citado del juzgado de Instrucción sí estaba claro.

Una vez entregado el auto a las partes, los abogados defensores comenzaron a detallar su lista de propuestas de nuevas pruebas para el sumario. El primero en intervenir fue Manuel Soto, el letrado del arquitecto que firmó el proyecto de derribo del antiguo Bazar España, Luis Recuenco. Soto continuó con la estrategia estrictamente legalista, en busca del detalle y evitando el fondo, que había marcado el primer día de juicio. Así pidió la comparecencia "testifical" de los dos estudiantes que figuran como colaboradores del informe pericial de la acusación que firma el doctor en Ingeniería de Caminos José Orad.

Tanto este abogado como el de los aparejadores del citado proyecto dejaron entrever que con la solicitud de comparecencia de Emilio López y Antonio Manzano buscaban desprestigiar el duro informe de Orad. Más adelante, en una afirmación que muchos vieron como intimidatoria, uno de estos letrados llegó a decir que estudiaría la posibilidad de presentar una querella criminal por el contenido del informe. El fiscal aceptó la comparecencia pero puntualizó que tan sólo se les podría llamar a título de peritos y no se les podría someter a un interrogatorio que fuera más allá.

En lo que respecta a a las responsabilidades, Soto presentó un nuevo informe del meteorólogo Juan María Cisneros en el que se compara el viento que sopló en Sevilla el día del suceso -31 de diciembre de 1998- con los acaecidos en A Coruña y Cádiz en noviembre pasado. El viento fue más fuerte en Sevilla que en los otros casos citados, pero el propio informe de Cisneros cifra los daños en esas ciudades en la caída de grúas y cornisas, nunca en muros.

Tampoco aclara lo que habría sucedido si el muro de cerramiento hubiera sido el que exigen las ordenanzas municipales y no el improvisado con el antiguo edificio del Bazar España, de más de siete metros de alto.

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