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Reportaje:Aulas

Un aula poco habitual

Un colegio de Barbate habilita una caseta de obras para acoger una clase

El 75% de los 90 alumnos del colegio rural La Almenara, en la pedanía de Zahora (Barbate, Cádiz), va cada día a clase en aulas prefabricadas. El centro cuenta con cinco módulos, pero cuatro de ellos son añadidos del edificio original. La demanda de plazas se ha disparado tanto en los últimos años que el centro ha tenido que recurrir incluso a una caseta de obras para acoger a una clase de 12 alumnos de cinco años.

El aula tiene 42 metros cuadrados, un aseo propio, aire acondicionado y cuenta con el mobiliario y el material necesario para los niños. "Sabemos que no es un aula de las habituales, pero está de caramelo. Si no fuera así, los padres no permitirían que sus hijos estuvieran en clase", explica el director del centro, Antonio Fuentes.

La Delegación de Educación, con todo, ha dado ya orden para que estos alumnos sean trasladados a una de las caracolas que hay en el colegio y que sí siguen el modelo que la Junta tiene aprobado. La caseta, aunque adaptada, no reúne las mismas características. De hecho, el delegado de Educación en Cádiz, Manuel Brenes, se negó a la instalación de una nueva caracola en el centro, porque éstas ocupan ya casi todo el patio de recreo.

"Hemos dado permiso, eso sí, a una caseta para actividades extraescolares e incluso para que sea utilizada por los vecinos. Pero no para poner una clase, todavía hay espacio. Apretados, porque sabemos que necesitamos un nuevo centro, pero hay espacio", señala Brenes.

Lo cierto es que el proyecto de la construcción de un nuevo centro lleva ya varios años pendiente. La Consejería de Educación incluso tiene reservada desde 2006 una partida de más de 600.000 euros dentro del plan Mejor Escuela para levantar otro colegio. Pero la falta de suelo disponible ha ido retrasando su construcción.

El Ayuntamiento de Barbate, encargado de buscar el terreno, ha tenido dificultades para encontrar una parcela adecuada. El anterior equipo de gobierno, del PP, había previsto obtener suelo como compensación por el desarrollo de un proyecto hotelero en la localidad. Éste no ha prosperado, y el Consistorio se quedó sin el terreno.

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El actual alcalde, el socialista Rafael Quirós, ha llegado ya a un preacuerdo para la adquisición de una parcela de 4.000 metros cuadrados, muy cerca de donde ahora se levanta La Almenara. La intención es, según Quirós, "utilizar el suelo para hacer el colegio y aprovechar el antiguo para hacer un centro de salud, un lugar de reuniones y un centro cultural para la gente de la pedanía".

La cesión está sólo pendiente de que se autorice la retirada de una antena de telefonía que ocupa la parcela. Una vez que el Ayuntamiento se haga con el terreno, lo cederá a la Junta de Andalucía y, según prevé la delegación de Educación, el colegio estaría listo en 18 meses. Habría espacio suficiente para un centro de Infantil y Primaria de una línea.

Nuria Castrelo, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) de La Almenara prefiere no hacerse ilusiones. "Dicen un plazo y después será el doble", recela Castrelo. Si tiene suerte, su hija de cinco años podrá terminar Primaria en un nuevo colegio con paredes de ladrillo. "El mayor, que ya dejó La Almenara, ha hecho hasta Sexto en caracolas". Y es que la primera aula prefabricada se instaló hace ya ocho años. Desde entonces, con el aumento en la población de esta pedanía, ha sido necesario añadir paulatinamente nuevas caracolas.

El equipo directivo, los padres, la Junta y el Ayuntamiento coinciden. Hace falta un nuevo colegio. "Es lo fundamental, que todos estamos de acuerdo en la necesidad", asegura el director, "ahora sólo falta el suelo".

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