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Las dos caras del temporal

Diciembre, el mes más lluvioso en medio siglo, asegura el agua durante dos años

Andalucía ha iniciado 2010 como cerró el último año: sin parar de llover en toda la comunidad, de este a oeste y de norte a sur. Tras el mes de diciembre más lluvioso del último medio siglo (por encima de los 300 litros por metro cuadrado en menos de dos semanas en muchas comarcas), que compensó al noviembre más seco de las últimas décadas, la región encara el nuevo año con unos recursos hídricos que han ahuyentado definitivamente el ciclo de sequía del último quinquenio.

Ahora el panorama es más halagüeño. Las reservas disponibles garantizan el agua para consumo humano para más de dos años. La otra cara del temporal han sido los cuantiosos daños en la infraestructura urbana y también en muchos cultivos agrícolas, como los cítricos o la aceituna. Pero, más allá de pérdidas puntuales, el agua caída ha sido un alivio para los maltrechos sectores agrícola y ganadero. Se garantizan las cosechas de los cultivos de primavera y verano, se eliminan las tensiones de otros años para repartirse el agua para el regadío y los pastos para el ganado brotarán de nuevo en las zonas donde habían desaparecido. Eso sí, el hecho de que más de una veintena de presas estén aliviando agua por estar colmatadas cuestiona la exigua capacidad de embalse en la comunidad.

Los dos pantanos malagueños tiraron al mar el consumo de agua de un mes
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Una imagen del pasado 27 de diciembre del pantano de Bornos (Cádiz) desembalsando agua.
Una imagen del pasado 27 de diciembre del pantano de Bornos (Cádiz) desembalsando agua.ALEJANDRO RUESGA

LOS EFECTOS POSITIVOS. Adiós a cinco años de sequía

Desde que empezó a llover el pasado 18 de diciembre, la media pluviométrica en la comunidad ha superado los 250 litros por metro cuadrado, cuando la media histórica del mes de diciembre era de 85 litros. Sin embargo, en la mayor parte de provincias se ha rebasado ampliamente esa media, destacando Cádiz con 350 litros y el resto de la zona occidental. Sólo las menores precipitaciones en Almería, de 150 litros, impiden ensanchar la estadística. Cuando empezó a llover los pantanos andaluces tenían 3.839 hectómetros cúbicos de agua, y el año se cerró con más de 6.400, es decir, más de 2.500 hectómetros embalsados en apenas medio mes. "Ha sido el mes de diciembre más lluvioso desde mediados del siglo pasado", sostiene Juan Paniagua, director-gerente de la Agencia Andaluza del Agua.

Los pantanos andaluces inician el año con casi 30 puntos más que hace apenas un mes (aún debe registrarse el agua de las escorrentías). Se pone fin así al ciclo de sequía del último quinquenio.

- Abastecimientos garantizados. Las reservas hídricas garantizan el agua para consumo humano para dos años de media en la comunidad. Pero hay zonas donde la despensa es aún mayor. En el distrito del Guadalete, en Cádiz, hay agua para cuatro años, lo mismo que en Córdoba. En Sevilla y su zona metropolitana, donde antes del temporal había agua para menos de un año, los cinco pantanos destinados al abastecimiento dan tranquilidad durante tres años.

En Málaga también se han espantado los fantasmas de la sequía. La comarca de La Axarquía salió del decreto de sequía la pasada primavera, pero la falta de lluvias al inicio del año hidrológico (octubre y noviembre) hacía temer nuevas restricciones. Sin embargo, en apenas una semana los siete embalses malagueños recibieron unos 120 hectómetros cúbicos, cantidad equivalente para un consumo de dos años.

En la provincia de Jaén, cabecera de la cuenca, los embalses recepcionaron desde el 18 al 30 de diciembre 700 hectómetros cúbicos, que duplica las existencias que había hasta entonces. Jaén tiene más de la mitad de la capacidad de embalse de la cuenca y sus reservas son decisivas para establecer la política hídrica en toda la cuenca del Guadalquivir. Sólo la provincia de Almería sigue sin cubrir sus necesidades de abastecimiento, y habrá que seguir reeditando el trasvase Negratín-Almanzora de 50 hectómetros cúbicos.

- ¿Faltan pantanos? 23 de las 90 presas de la comunidad acabaron el año aliviando agua por encontrarse colmatadas o por haber llegado a los niveles de seguridad. No todas desembalsaban agua a los ríos, pues algunos lo hacían a otras presas más bajas. Lo hacían a un ritmo de 1.500 metros cúbicos por segundo. Pantanos como el Guadalén y el Jándula, en Jaén; los sevillanos Agrio, Huesna, Jergal o Torre del Águila; el cordobés de San Rafael de Navallana, los gaditanos de Arcos-Bornos, Los Hurones y Charco Redondo y Guadarranque; o los de Casasola y La Concepción, en Málaga. En sólo un día los dos pantanos malagueños tiran al mar el consumo de agua para un mes. Y en toda Andalucía, según la patronal agraria Asaja, se han desperdiciado más de 315 hectómetros cúbicos en apenas dos semanas.

Esta situación ha puesto al descubierto las carencias en la capacidad de embalse en la comunidad. Melonares en Sevilla y Siles en Jaén son las únicas presas en ejecución en la cuenca del Guadalquivir (entre ambas apenas sumarán 200 hectómetros cúbicos), y parece que no habrá más. "Es un debate que habrá que plantearse dentro de la planificación hidrológica de cada cuenca, que tiene un horizonte hasta 2015, y ver si existen o no esas necesidades", apunta Paniagua. Los técnicos reunidos el pasado mes de noviembre en Córdoba en las Jornadas Españolas de Presas concluyeron que en España es necesaria la construcción de medio centenar de presas.

- Regadíos para dos años. Las organizaciones agrarias coinciden en que las lluvias van a ser un alivio. Habrá más pastos para el ganado, y cultivos como los cereales, la remolacha o el olivar garantizan las reservas que necesitan para la próxima campaña. El nivel de los pantanos del sistema de regulación general garantiza también la normalidad en las dos próximas campañas de riego. Las 260.000 hectáreas de regadío en la cuenca del Guadalquivir han gastado este año 1.010 hectómetros cúbicos, pero las reservas de la regulación general superan los 2.800 hectómetros cúbicos.

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LOS EFECTOS NEGATIVOS. La aceituna y la fresa, por los suelos

La cara más amarga del temporal que ha azotado la comunidad en las últimas semanas ha sido los cuantiosos daños en la infraestructura urbana y viaria en muchos pueblos, y también los efectos perniciosos en la agricultura.

- La aceituna, paralizada. El temporal irrumpió en Andalucía en plena campaña de recolección de la aceituna, que lleva tres semanas paralizada con los efectos que eso tendrá tanto en la producción como en la calidad del aceite de esta cosecha. Las organizaciones agrarias estiman que en muchas comarcas olivareras se ha caído al suelo casi un tercio de la aceituna. El secretario de la Federación Agroalimentaria de UGT en Jaén, Antonio Marcos, ha alertado de que la paralización de la campaña oleícola va a provocar que muchos jornaleros (solamente en Jaén se movilizan más de 100.000 trabajadores) tengan dificultades para obtener las 35 peonadas necesarias para cobrar el subsidio agrario. Marcos cree que algunos empresarios se plantean no recoger el fruto en determinados tajos que son menos accesibles o rentables.

- Los hortícolas de Jerez, inundados. Asaja y Coag hablan de la pérdida "total" de los cultivos hortícolas en el campo de Jerez. Las inundaciones, provocadas por el desbordamiento del río Guadalete, han echado a perder zanahorias, chirivías, coliflores y patatas, además de las plantaciones tradicionales de remolacha, alfalfa y cereal. En la Sierra de Cádiz los daños se concentran en el olivar, afectado en hasta un 40% de la superficie.

La flor cortada de Chipiona también se ha visto afectada por el temporal. En la ganadería se registraron daños, sobre todo en caprino y ovino. En las explotaciones se han producido muertes de animales por los desbordamientos, corrientes de agua y por la inconsistencia de la tierra saturada por la lluvia. Las organizaciones agrarias exigen ayudas para paliar "el desastre", informa Ana Huguet.

En Jimena de la Frontera (Cádiz), su alcalde, Pascual Collado, cifra las pérdidas por el temporal en seis millones de kilos de cítricos (limones y naranjas), así como 12.000 jornales, por lo que valora las pérdidas ocasionadas en más de 1,1 millones de euros. En este municipio, la alcaldesa de la Entidad Local Autónoma de San Martín del Tesorillo, Belén Jarillo, ha indicado que se va a pedir la declaración de zona catastrófica para las vegas de naranjas porque los daños "han sido cuantiosos". Los agricultores estiman que las plantaciones más jóvenes tardarán años en recuperarse.

- Pérdidas en la fresa. El presidente de Freshuelva y del Fresón de Palos en Huelva, Alberto Garrocho, ha cifrado en un 40% las pérdidas de las primeras frutas de fresas y de un 50% de frambuesa en el principio de la campaña. Las zonas más afectadas son las de Rociana del Condado, Bonares y Palos de la Frontera, lugares donde el 30% de los plásticos de las plantaciones han quedado destrozados.

- Daños en la Costa Tropical. En Granada, según la UPA, ha habido daños importantes en la zona de la costa, principalmente en los cultivos de tomate y pepino. Un 30% del tomate se ha rajado debido al exceso de humedad, por lo que la merma va a ser importante en cuanto a la calidad del producto. Con respecto al pepino, el daño no ha venido sólo por la lluvia sino también por las bajas temperaturas, perjudicando a la calidad del producto y a la producción, lo que implicará pérdidas económicas.

En Almería, la principal preocupación se centra ahora en la posible aparición de enfermedades como la brothytis debido a las precipitaciones, así como a la humedad que se mantendrá en los invernaderos tras las últimas lluvias.

- La flota pesquera, amarrada. La Asociación de Armadores de Lepe (Huelva) cifró en 900.000 euros, entre mercancías y jornales, las pérdidas acumuladas después de que la totalidad de la flota onubense, integrada por 300 barcos, lleve amarrada a puerto casi dos semanas. El presidente de los armadores, Antonio Carro, señala que van a pedir a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía que retrase la parada biológica para que comience en febrero en vez del 15 de enero.

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