En la casa de Costus

La movida madrileña nació en la casa de dos gaditanos. Es la principal tesis de Costus (Tequila Chicote Producciones, 2007), un documental con el sobrenombre con el que firmaban sus obras los artistas Juan José Carrero y Enrique Naya. La película narra toda su vida, que fue también la del germen de aquella explosión de alegría, talento y exceso que llenó la capital de España entre finales de los 70 y principios de los 80. En la vivienda que compraron los dos gaditanos en el barrio madrileño de Malasaña se reunieron muchos de los que formaron aquel movimiento artístico que la cinta reivindica como "el más importante del siglo XX en España".

El documental se mueve entre la vida y la obra del dúo Costus como ejemplo de lo que fue la enorme generación de talento que aportó la movida madrileña, pero también como símbolo de su efímera duración y su infravaloración. Enrique de Chicote (México D.F., 1967) estaba realizando un documental sobre Alaska cuando descubrió la existencia de los artistas gaditanos. "En muchas de las entrevistas hablaban de Costus. Tardé en saber de qué hablaban. Hasta que un día pregunté y descubrí quiénes eran", explica.

Costus eran Juan José Carrero y Enrique Naya, dos gaditanos que se conocieron en la Escuela de Bellas Artes de Cádiz. Apostaron fuerte en sus vidas y, juntos, decidieron marcharse hasta Madrid para desarrollar su talento como pintores. Consiguieron una casa propia. En la calle de la Palma, número 14, forjaron una residencia que pronto fue parada para muchos jóvenes que, en aquellos primeros años tras la muerte de Franco, empezaron a crear bajo la idea de libertad y trasgresión. "Allí coincidían todos. Allí nació la movida", asegura convencido el director de la película.

El documental arranca en 1976. Lo hace de una manera vertiginosa. Sitúa al espectador en un año de cambios. En un tiempo de ansias por empezar algo nuevo. Las escenas en aquellas calles de Madrid por donde paseaba toda esa energía creativa dan paso a la narración sobre la casa de Costus y después a su obra. "Utilizaron la cultura española, el folclore como fuente de inspiración. Recurrieron a la religión y al poder bajo un sarcasmo muy profundo para su época", recuerda el director.

Un ejemplo fue su exposición sobre el Valle de los Caídos. Aparentemente eran frívolos pero, incluso, esa característica es defendida en el documental. "Claro que eran frívolos y superficiales. Pero entonces no era fácil ser frívolo", reivindica Ernesto de Chicote. El documental se vertebra a través de los testimonios de los que les conocieron y pueden valorar su arte y sus trayectorias. Entre ellos están Alaska, Guillermo Pérez Villalta, Pablo Pérez Mínguez, Ouka Lele, Joe Borzani o familiares del dúo. El director asegura que ha intentado ser "fiel a la realidad".

La música original que acompaña a las imágenes intensifica la emoción. "Es una historia de amor. Pero es una historia trágica". Enrique Naya murió en 1989, víctima del sida. Sólo un mes después Juan José Carrero se suicidó.

Para Ernesto de Chicote toda esta carrera vital es el símbolo perfecto para contar lo que fue la movida madrileña. "Dejó alegría, talento, obras maravillosas pero pecó en su propio exceso, en su irresponsabilidad", opina el director, quien no duda en calificar este movimiento artístico como el más importante del siglo XX. "La generación del 27 fue sólo poesía. Aquí había poetas, pintores, escultores, directores de cine, escritores, músicos. El talento era multidisciplinar". El documental concluye que a estos artistas les faltó tiempo para triunfar definitivamente. La cinta se estrenó en febrero en Jerez y se proyectará en la próxima edición de Alcances, la muestra cinematográfica de Cádiz que se celebra en septiembre.