_
_
_
_
_
LA NUEVA SITACIÓN MUNICIPAL

La dirección regional socialista da luz verde al pacto con IU y ex concejales del GIL en Estepona

El acuerdo queda condicionado a que el PES no obtenga la gestión del urbanismo

La dirección regional del PSOE dio ayer luz verde al acuerdo tripartito entre socialistas, Izquierda Unida y Partido Estepona (PES), integrado por ex miembros del GIL, para formar gobierno municipal en esta localidad malagueña. El visto bueno de la dirección socialista, que en la tarde de ayer mantuvo una reunión con su candidato Antonio Barrientos en la sede del Parlamento andaluz, está condicionado a que los concejales del PES no asuman ni la concejalía de Urbanismo ni de Obras Públicas, según afirmó a EL PAÍS la vicesecretaria general del PSOE, Mar Moreno.

En el caso de que el PES ponga como condición asumir alguno de estos departamentos el acuerdo sería desautorizado.

Para los socialistas no ha sido fácil tomar esta decisión, finalmente adoptada por consenso en el seno de la dirección regional, ya que en un principio descartaron cualquier acercamiento con los concejales ex gilistas, pero al final ha pesado más la posibilidad de hacer de Estepona un escaparate de que en el litoral andaluz se puede desarrollar un urbanismo "distinto al de la especulación y al desarrollismo", afirmó la vicesecretaria general. "Nosotros somos la garantía de que los ex GIL no toquen el urbansimo", subrayó Mar Moreno, quien destacó: "Tenemos la ocasión de hacer las cosas de otra manera desde un municipio referente de la Costa del Sol".

El visto bueno de la dirección socialista se ha fraguado de la mano de la cúpula regional de Izquierda Unida, una conjunción que ha sido muy tenida en cuenta por el PSOE. Si nada se tuerce y se dan todas las condiciones para que Antonio Barrientos sea el nuevo alcalde de Estepona mañana sábado, las direcciones de PSOE e IU podrán en marcha mecanismos de "extraordinaria vigilancia" en ese municipio.

Las direcciones de ambas formaciones son además conscientes de que se trata de una operación arriesgada y que, de consumarse, el pacto será recibido con fuertes críticas, más aún cuando la dirección regional del PSOE desaprobó las conversaciones que un día después de las elecciones inició Barrientos con el PES. No obstante, el PSOE confía en poder convencer a la opinión pública con una gestión que demuestre que existe un modelo diferente de gestión urbanística en la Costa del Sol.

Otra de las condiciones que la dirección socialista ha puesto para autorizar el pacto es que los dos puestos que le corresponde a Estepona en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental pertenezcan sólo a PSOE e IU.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La dirección socialista de Málaga entiende además que es preferible por responsabilidad esta alternativa a dejar que el PES pacte con el PP, que fue el partido más votado en Estepona -siete concejales-, y que tiene en sus filas a ex concejales del GIL que se integraron en la filas populares en octubre de 2001 y conformaron una mayoría con la que pusieron una moción de censura a Barrientos. La popular Rosa Díaz ha sido desde entonces la alcaldesa de la ciudad.

El PES, encabezado por José Ignacio Crespo, que fue primer teniente de alcalde en la corporación que presidió Jesús Gil Marín entre 1995 y 1999, tiene en sus filas a miembros del GIL que optaron por no integrarse en el PP tras abandonar esta formación. El PES, que fue en las elecciones municipales la tercera fuerza más votada en Estepona y logró cuatro concejales, ha mostrado en todo momento una clara preferencia a pactar con el PSOE y evitar al PP. Los socialistas tienen seis ediles, que junto con el único de IU sumarían la mayoría suficiente para gobernar la ciudad. Fuera del gobierno se quedaría el PA, que dispone de dos ediles.

La corporación de Estepona ha vivido en una constante inestabilidad desde las municipales de 1999. Entonces, PSOE, PP, IU y PA alcanzaron un acuerdo para quitar la alcaldía a Jesús Gil Marín, a quien le faltó un edil para revalidar su mayoría absoluta. El cabeza de lista del PSOE, Antonio Caba, se convirtió así en alcalde, aunque en abril de 2001 dimitió al ser acusado de blanqueo de dinero por la Audiencia Nacional. Le sustituyó Antonio Barrientos, pero su mandato apenas duró seis meses porque su principal socio en el pacto anti-GIL, el PP, se alió con un grupo de concejales gilistas y dispuso de mayoría suficiente para arrebatarle la alcaldía.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_