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Reportaje:

Dos escritoras de la Generación del 27

Una exposición recorrerá la vida y la obra de María Teresa León y Concha Méndez en la localidad sevillana de Santiponce

La Generación del 27 fue el centro de irradiación de una potente voz femenina. Decenas de mujeres desarrollaron su actividad artística y literaria en la edad de plata. Poetas, pintoras y ensayistas derramaron su talento en una época que se acercaba a pasos ciegos hacia la Guerra Civil. Entre las escritoras brillan con fuerza los nombres de María Zambrano, Rosa Chacel, Ernestina de Champourcin, María Teresa León o Concha Méndez. Precisamente, a estas dos últimas autoras dedicará una exposición la localidad sevillana de Santiponce. La muestra Imagen de María Teresa y Concha se inaugura el lunes.

La Consejería de Cultura, a través del Centro Andaluz de las Letras, promueve esta exposición itinerante con el objeto de "difundir la figura y la obra" de ambas autoras "en relación con Andalucía". El Centro Andaluz de las Letras señala, en un comunicado, que busca "transmitir al público andaluz la importancia que supone la protección y conservación del patrimonio intelectual".

La muestra, que se abrirá en la Sala de Exposiciones José Manuel Rodríguez Hidalgo (Barriada de la Almendra s/n), recorre, a través de 20 paneles, la vida y obra de ambas autoras "con una especial incidencia en el aspecto gráfico". La infancia, los primeros libros, la Guerra Civil, el exilio y el regreso a España (en el caso de María Teresa León) son los apartados que jalonan la muestra, que se clausurará el próximo 9 de febrero. "[La exposición] supone un acercamiento sencillo y didáctico a la figura de ambas escritoras", resume el Centro Andaluz de las Letras.

María Teresa León y Concha Méndez se movieron en una España que intentaba limpiarse de telarañas. Pertenecían a un mundo de clase acomodada y culta en el que la mujer jugaba un papel cada vez más importante. El deporte, el cine, el arte de vanguardia, los ritmos africanos, el psicoanálisis, los múltiples ismos que atravesaban los Pirineos como un aire refrescante, los avances tecnológicos, el crecimiento acelerado de las ciudades, los edificios de arquitecturas vertiginosas... Todo ello propició un universo multiforme y dinámico que no se reconocía en el pasado y oteaba el futuro con esperanza. La mujer veía que siglos de sumisión llegaban a su fin.

Las dos escritoras estuvieron vinculadas sentimentalmente a poetas de la Generación del 27. Tras la ruptura de su matrimonio, María Teresa León (1904-1988) unió su vida a la de Rafael Alberti. Le acompañó en la Guerra Civil y siguió al poeta al exilio por Francia, Argentina e Italia.

Concha Méndez (1898-1986) fue la mujer del poeta malagueño Manuel Altolaguirre, del que se separó en 1944. La obra Poemas 1926-1986, publicada por Hiperión en Madrid en 1995, mostró la importancia de Concha Méndez como escritora. La autora permanecía arrinconada en esa corriente subterránea que fluye bajo los grandes nombres del 27. Poetas como José María Hinojosa, Joaquín Romero Murube, Rafael Porlán o la propia Concha Méndez quedaron oscurecidos por la luz brillante de autores de la talla de Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda o Rafael Alberti.

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Concha Méndez fue una de las mujeres con mayor presencia en el mundillo literario del Madrid de los años veinte. Sus tres primeros libros -Inquietudes (1926), Surtidor (1928) y Canciones de mar y tierra (1930)- la sitúan en la órbita de Lorca y Alberti. En 1932 se casó con Altolaguirre. Junto a él se introdujo en el mundo de la impresión. Revistas como Héroe y Caballo Verde para la Poesía son un ejemplo de ello. La guerra y el exilio dejaron una muesca profunda en su vida. Vida a vida (1932), Niño y sombras (1936) y Lluvias enlazadas (1939) abandonan el fragor del vanguardismo y se introducen en un dramatismo de voz personal y auténtica. Concha Méndez continuó escribiendo poesía hasta sus últimos años.

Una trayectoria vital marcada por la literatura

María Teresa León no sólo fue la primera mujer de Rafael Alberti. La suya fue una trayectoria vital marcada por la literatura. María Teresa León fue una mujer comprometida con su tiempo que se lanzó a la vida sin miedo en una época conflictiva. Se enfrentó con éxito a críticas y costumbres atávicas.

Su escritura, iniciada antes de la Guerra Civil, se adentra en los géneros más variados: autobiografía (su célebre Memoria de la melancolía, considerada por muchos una obra clave del género); novela (Contra viento y marea, Juego limpio); relatos (Las peregrinaciones de Teresa, Fábulas del tiempo amargo); biografías noveladas (Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, Doña Jimena Díaz de Vivar, gran señora de todos los deberes), ensayo (La historia tiene la palabra)... Y María Teresa León fue también una mujer de teatro: actriz, directora de escena, autora...

Nacida en 1903 en Logroño, su infancia y adolescencia transcurrieron en Madrid, Barcelona y Burgos. Sobrina de Ramón Menéndez Pidal y María Goyri (la primera mujer en España que obtuvo un doctorado en Filosofía y Letras e impartió clases en la Universidad española), María Teresa León estudió en la Institución Libre de Enseñanza y se licenció en Filosofía y Letras. Este ambiente culto e ilustrado que la rodeó desde su infancia la acompañó toda su vida.

Tras un matrimonio desafortunado, del que tuvo dos hijos, marchó a Madrid, donde conoció a Rafael Alberti. En 1932, se casaron. En 1933, ambos fundaron la revista Octubre. Visitaron la Unión Soviética y cerraron filas en la defensa de una ideología política, el comunismo, tras la cual veían la posibilidad de un mundo más justo y más libre. María Teresa León fue secretaria de la Alianza de Escritores Antifascistas durante la Guerra Civil. En esta época trágica fundó la revista El Mono Azul. Estas experiencias fueron recogidas en sus novelas Contra viento y marea y Juego limpio y en algunos de sus relatos.

Gran parte de su trabajo en la contienda lo centró en el teatro. Fue subdirectora del Consejo Central del Teatro y promovió distintas iniciativas en este campo. Tras la derrota republicana se exilió en Francia, Argentina e Italia.

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