"No estamos sorprendidos, algún día iba a pasar algo así"
Continúan en estado grave dos turistas arrolladas en Larios
"Es una persona ingobernable, no podemos hacer nada con él. No estamos sorprendidos, algún día iba a pasar algo así". Eso fue lo que acertó a decir un familiar de Antonio Bravo Marín, tras conocer por medio de la policía que éste había atropellado a ocho personas el sábado en plena calle Larios, la principal vía peatonal de Málaga.
Antonio Bravo, ex guardia civil de baja desde 2003 por problemas psicológicos y con antecedentes policiales por un intento de homicidio en la provincia de Granada, desató el pánico al volante de su vehículo en el centro de la ciudad. La mayoría de los heridos fue dada de alta, pero Asumpta Mastroniani, una turista italiana de 62 años, y una visitante alemana, de 42 años, permanecían ingresadas en estado muy grave en la UCI del hospital Carlos Haya. Ambas sufrieron un golpe muy fuerte en la cabeza.
El testimonio que Bravo ofreció en la comisaría provincial fue incoherente. Afirmó, en una primera declaración, que entró en la calle porque había una manifestación y tenía que disuadirla. "No podía hacer otra cosa", repetía sin cesar. Al rato, Bravo explicó que está reclamado judicialmente y en ese momento le perseguían unos agentes de paisano, algo que no tiene ninguna lógica.
Un policía nacional fuera de servicio y varios peatones impidieron que Marín, procedente de Alhaurín de la Torre aunque vecino de la capital desde hace muchos años, siguiera arrollando con su coche a todo el que se le pusiese por delante. Según fuentes policiales, el agente retirado había abandonado hace una semana su medicación, que llevaba tomando desde hace 10 años. Sus familiares no se mostraron sorprendidos por lo sucedido, más bien contaron a la policía que esperaban una tragedia.
El ex guardia civil, cuyo último destino como agente de tráfico fue Murcia, pasará hoy a disposición judicial, acusado de varios delitos de homicidio en grado de tentativa y contra la seguridad vial.