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Los fallecidos en la Alpujarra carecían de ropa de abrigo

Rafael Quintero, el guarda del refugio de Poqueira, se niega a calificar de montañeros o excursionistas a los holandeses que, desafiando vientos superiores a los 80 kilómetros por hora trataron de subir el miércoles hasta el albergue que regenta en la cara sur de Sierra Nevada a 2.500 metros. "Esos no eran excursionistas, eran simplemente turistas", afirma una de las primeras personas que los atendió después de que el frío y el cansancio acabara con la vida de tres de ellos.

"Iban vestidos como el que va a darse un paseo por cualquiera de estos pueblos", recuerda Quintero. "Llevaban zapatillas de deporte, chubasqueros para la lluvia y gafas de sol de ciudad". Además estaban incomunicados. "Era imposible contactar con el teléfono móvil de la guía porque sólo ella podía hacer llamadas", dice. "Nosotros lo intentamos un montón de veces sin ningún resultado".

Por eso, fue la propia guía, Sonja van Zanten, la que el martes pasado llamó al refugio para interesarse por el tiempo. "Le dijimos que no viniera, que el parte meteorológico preveía vientos de más de 90 kilómetros hora durante dos días. Pero no nos hizo mucho caso porque mantuvo la reserva", asegura el guarda.

Ante la insistencia de Van Zanten, el montañero les recomendó una ruta alternativa por la central eléctrica de la Cebadilla, en Capileira. Un camino mucho más resguardado y bien señalizado que trascurre por el fondo del valle. Pero la guía desatendió el consejo y tomó el camino de Trevélez, que asciende hasta el alto del Chorrillo, a 2.770 metros para descender después hasta el refugio.

"Cuando los encontramos de madrugada descendían del puerto con un viento de 140 kilómetros por hora", explica Quintero que describe la expedición como "un rosario de personas desperdigado en más de un kilómetro".Para Rafael Quintero, el guarda del refugio de Poqueira que colaboró en el rescate de los diez turistas holandeses perdidos en Sierra Nevada, fue el viento lo que acabó con la vida de tres de ellos. "La subida al puerto del Chorrillo tuvo que ser terrible, pero se mantuvieron calientes gracias al esfuerzo", relata el guarda. "El descenso hacia el refugio, mucho más expuesto al viento, fue lo que los remató porque estaban agotados", recuerda Quintero. "Soplaba tan fuerte que casi no podías mantenerte de pie".

El equipo de rescate encontró a Kees Van Herten, el único hombre de la expedición, desfallecido y empapado. Quintero y tres agentes de la Guardia Civil lo subieron en una camilla y lo arrastraron hasta el refugio. Pero Van Herten murió justo antes de llegar. "Cuando logramos entrar, los guardias intentaron reanimarlo durante media hora, pero ya no hubo nada que hacer", recuerda el responsable del refugio.

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El juzgado de Instrucción número uno de Órgiva (Granada) abrió ayer una investigación para determinar las responsabilidades de la empresa organizadora del viaje (la holandesa Intertrek) y su guía. Ocho de las supervivientes declararon ante el juez que trata de dirimir si se cometió algún tipo de negligencia al continuar con la excursión a pesar de los avisos. Dos de las turistas, que abandonaron la expedición cuando la nieve les llegaba por las rodillas dos horas después de partir, arremetieron el jueves contra la guía por no querer abortar la marcha a pesar del mal tiempo. "Le dijimos que su comportamiento no era responsable", aseguró una de ellas.

Evolución favorable

La herida más grave permanecía ayer en observación en el hospital de Traumatología de Granada aunque, según fuentes del SAS, evoluciona favorablemente de una hipotermia que le afecta al 6% del cuerpo y una lesión ocular (queratitis bilateral) en una de sus córneas. Sus piernas presentan importantes quemaduras debido a la helada que serán tratadas mediante cirugía plástica.

Un equipo de médicos y psiquiatras de la empresa holandesa ANWB se desplazó ayer hasta Granada para atender a las mujeres que permanecerán en un hostal del centro de la ciudad hasta que el juez termine sus indagaciones. Una portavoz de la compañía aseguró que un avión las trasladará a Holanda en los próximos días desde el aeropuerto de Granada. La portavoz certificó que todos los miembros de la expedición habían contratado un seguro de viaje que cubre los gastos de alojamiento, manutención y repatriación en caso de sufrir algún incidente.

El Instituto Anatómico Forense terminó ayer la autopsia de los tres fallecidos aunque no desveló las causas de su muerte. Los cuerpos de Jos de Vilder-Buren (69 años), Divera Laan (55) y Kees van Herten (52) partirán haciaHolanda la semana que viene, según fuentes de esa institución.

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