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A la fuerza se hace la unión de las cajas

El sueño del PSOE de una gran entidad andaluza coge vuelo tras 10 años de debates

La crisis financiera, las recomendaciones del Banco de España para que las entidades se unan para afrontar la morosidad y la insistencia del Gobierno andaluz en la creación de una gran caja en Andalucía están dando por primera vez resultados para que las fusiones cojan vuelo. Es el viejo sueño del ex presidente de la Junta y secretario general del PSOE andaluz, Manuel Chaves, cuando hace 10 años en el Parlamento lanzó su idea de impulsar un proceso de concentración de todas las entidades. El fracaso de esta iniciativa fue estrepitoso, sobre todo, porque cuando la voceó a los cuatro vientos no había pacto alguno ni dentro del propio PSOE ni con el principal partido de la oposición, el PP.

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El hacedor de la gran caja

La situación ha dado un vuelco espectacular. Todos los movimientos que se han producido desde febrero de este año han estado liderados por Unicaja, la mayor entidad de ahorro de Andalucía. Ese mes intentó una fusión por absorción con Caja Castilla-La Mancha (CCM), que fracasó tras la intervención por parte del Banco de España de la caja manchega. Pero tras ese trompicón se ha acelerado el proceso de concentraciones "en clave andaluza", como suele decir la consejera andaluza de Economía y Hacienda, Carmen Martínez Aguayo.

Los movimientos comenzaron con el salto de "una pulga", como así ha calificado a su entidad el presidente de Caja de Jaén, José Antonio Arcos Moya. La entidad de Jaén es como un bocadito para Unicaja. Su medio centenar de oficinas tienen un volumen de negocio similar a la mayor oficina de la caja malagueña, pero sus dirigentes tuvieron el ojo de levantar la mano primero por una cuestión de pura estrategia de cálculo (en las fusiones todo lo es).

"El que demos el primer paso nos permite pedir condiciones. No podíamos esperar más tiempo, para luego entrar en peor situación", confiesa una fuente de la negociación. El 6 de julio, Unicaja y Caja de Jaén anunciaron su boda y a los siete días justos, el presidente de la entidad malagueña, Braulio Medel, y el de Cajasur, el sacerdote Santiago Gómez Sierra, rubricaron en un almuerzo un principio de acuerdo para crear Unicajasur, un nombre con el que las dos partes están de acuerdo aunque no cierran la puerta a otra denominación. Si el proceso sigue adelante habrá tres cajas de ahorro (Unicajasur, Cajasol y CajaGranada), cuando hace cinco años había seis y hace diez años había 14.

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Mañana lunes el Consejo de Administración de Cajasur, la entidad controlada por la Iglesia católica, tiene previsto abordar su fusión, un paso que da ahogada por sus circunstancias. Las negociaciones entre la entidad cordobesa y la malagueña no están siendo nada fáciles. Cajasur considera que es una especie de joya de la corona, cuando sus datos de solvencia y morosidad dicen todo lo contrario y su integración va a necesitar ayudas del Fondo de Garantía de Depósitos. "No es tanto que se planteen grandes cosas, como que quieren llevarlo todo al terreno de la concreción, cosas menudas que plantean con un afán desmesurado siempre en la versión más favorable para ellos y eso es muy cansado", aseguran fuentes del proceso de negociación. La Iglesia ha arrancado otra fundación que contará en los tres primeros años de funcionamiento con ocho millones de euros y seis en el cuarto año.

Martínez Aguayo, a la que aún no le han presentado el proyecto, ejerce en este proceso como un muelle para flexibilizar posiciones. La Junta no quiere aparentar ninguna prisa y sabe que este proceso sólo ha dado sus primeros pasos y no culminará hasta que las asambleas de las cajas lo aprueben por dos tercios.

Economía intenta ahora otra jugada para que CajaGranada, reafirmada en su declaración de proyecto autónomo, es decir, en contra de las fusiones, no se quede aislada en su mundo. Para muchos observadores, lo mejor para que la entidad granadina siga prestando buenos servicios a sus clientes es que se sume cuanto antes a la trilateral financiera, porque si lo hace más tarde estará en peores condiciones para negociar ventajas. "Dicen que hay brotes verdes, pero ¿y si los brotes son marrones o negros?", asegura un economista al tanto de la operación. La consejera ha propuesto la creación de una Sociedad Instrumental Patrimonial, como están empezando a explorar en Castilla y León, que obliga a grandes operaciones de inversión conjuntas, a traspasar parte del negocio y a compartir riesgos. En Andalucía ya existe un instrumento de cooperación como el Banco Europeo de Finanzas (BEF), un proyecto auspiciado por Unicaja en el que participan todas las cajas en iniciativas empresariales comunes, pero cuyo funcionamiento deja mucho que desear.

Aunque la propuesta de Martínez Aguayo puede venirle bien a la entidad granadina, fuentes del sector aseguran que con los procesos de fusiones en marcha "el encaje no es fácil, aunque si CajaGranada no quiere fusiones eso es mejor que nada".

La posición numantina de CajaGranada no es porque sí. Hay un problema político y electoral de fondo. Los socialistas granadinos no quieren liderar una operación de concentración si no van de la mano con el PP, mientras que los populares utilizan la caja como campo de batalla para ganar votos al grito de 'se quieren llevar la caja fuera de Granada'. Fuentes políticas hacen descansar en, por lo menos, las direcciones regionales del PSOE y del PP la solución y cuanto antes mejor por si los brotes en vez de verdes son negruzcos.

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