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Reportaje:

El gremio de las cañamerías

Los comerciantes andaluces de productos relacionados con el cultivo de cannabis debaten en Sevilla el futuro del sector

Reyes Rincón

Los minoristas andaluces de productos orientados al cultivo de cannabis -los dueños de las llamadas growshops- se reunieron ayer en Sevilla para debatir y buscar soluciones a la situación del sector, señalado directamente por el Gobierno central como uno de los culpables del aumento del consumo de esta droga entre los jóvenes. La Asociación Ramón Santos de Estudios sobre el Cannabis de Sevilla (Arsec.Se) cedió su local para acoger la tercera asamblea general de socios de Acogros, la Asociación Andaluza de Comerciantes de Growshops, que aglutina a más de 150 de las alrededor de los 400 negocios de estas características que hay en la comunidad.

"Buscamos la normalización del sector", explica Sebastián García, el vicepresidente saliente de Acogros. "Todo lo que hacemos nosotros crea alarma y el Gobierno nos persigue como delincuentes, cuando no vendemos nada que no sea legal", apunta García, quien advierte de que en la mayoría de los hipermercados se puede encontrar "cerveza cannabica" y que en las grandes tiendas especializadas en jardinería se vende la semilla de cannabis como un producto más. "Esos agravios con nosotros no están justificados", asegura.

En la asamblea de ayer, los socios de Acogros terminaron de perfilar un documento que prevén entregar a los partidos políticos para que lo incluyan en sus programas electorales. En el texto, "el gremio de las cañamerías" exige la despenalización de la tenenecia y el consumo de cannabis en la vía pública; que la policía "se abstenga" de intervenir a los cultivadores privados; el reconocimiento y la regulación de los growshop como comerciantes "de pleno derecho"; la creación de locales privados donde se pueda consumir cannabis con normalidad; y la apuesta decidida por esta hierba como medicamento para que los enfermos que quieran tengan derecho a consumir esta sustancia.

"La encuesta del Gobierno sobre el aumento del consumo de cannabis se refería a jóvenes de entre 14 y 18 años, y nosotros no atendemos a nadie que no sea mayor de edad", insiste García, dueño de uno de estos negocios en Málaga y que vino a la reunión de Sevilla acompañado por su hijo de 22 años. "La hierba está en la calle y nosotros lo que queremos es enseñar a la gente a consumir, que no tengan que ir al mercado negro", explica

Entre los asistentes a la asamblea de Acogros habían también algunos dueños de growshops de otras comunidades atuónomas, incluso dos propietarios de coffe shops en Amsterdam y Pete Brady, un periodista de la revista canadiense Cannabis Culture. Brady ha viajado por todo el mundo para investigar la industria del cáñamo y está convencido de que el mercado español va a emerger en los próximos años. "La marihuana ya es un cultivo importante en España, pero se puede convertir en la capital del cannabis", vaticina. "El clima, las leyes, las playas, todo es favorable", dice Brady, que considera que el turismo español va a verse beneficiado por estas circunstancias.

"Los turistas que beben mucho alcohol causan problemas, los que consumen cannabis son tranquilos, gente culta, no hay peleas", insiste el periodista canadiense señalando el interior de la sede Arsec.Se, donde ayer se reunieron más de medio centenar de consumidores de marihuana. "En Estados Unidos yo he visto a la policía matando a gente por consumir marihuana, aquí no pasa, el Gobierno lo ignora, pero sabe que existe", dice Brady, para quien es un error que las autoridades españolas prohíban este cultivo. "En vez de traerla de Holanda o Marruecos deberían dejarla crecer aquí", sostiene.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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