_
_
_
_
_

"No habría sido feliz gastándolo"

Un 'sin papeles' devuelve a la policía una cartera con 2.700 euros

Javier Martín-Arroyo

El nigeriano Amby Okonkwo vende pañuelos en un semáforo de Sevilla por 15 euros al día y a 40 grados a la sombra. Ayer pudo haberse quedado con el jornal de medio año y ahorrarse el asfixiante calor, pero su conciencia le hizo devolver una pequeña fortuna caída del cielo. A las 9.30 encontró una cartera que un motorista acababa de perder con 2.700 euros en efectivo, un cheque por valor de 870 euros, un talonario, una cartilla de ahorros y documentación. Poco después devolvió la cartera intacta a una pareja de policías.

"Mi honestidad me guía. Sería rico, pero no de la forma que quisiera Dios"

"No habría sido feliz gastándolo. El dinero me habría hecho feliz un momento, pero me habría hecho sufrir toda mi vida", comentaba ayer ante los periodistas. La policía localizó al propietario de la cartera, un sevillano de 68 años, y éste entregó 50 euros a Okonkwo y su compañero de faena y semáforo, Kingsley Kene. Tras haber devuelto 2.700 euros, el joven podría reclamar ante un juez 135 euros, tal y como establece el Código Civil, según confirmaron ayer fuentes policiales. Pero la recompensa que Okonkwo espera es un trabajo. "Cogería cualquier cosa que me ofrecieran, cualquier cosa", repetía vestido con botas negras, chándal gris y camisa a cuadros de manga larga pese a la canícula. El joven llegó a España hace dos años desde Holanda, donde logró la custodia de su hijo de cinco años, que acude al colegio en San Juan de Aznalfarache, un pueblo cercano a Sevilla. Okonkwo tiene pendiente una orden de expulsión que ha recurrido, con la nacionalidad holandesa de su hijo como principal alegato.

"Nunca se me ocurrió abrir la cartera. A pesar de no tener papeles, no siento miedo de la policía porque mi corazón está limpio", matizó su compañero Kene. Ambos aprovecharon los micrófonos sedientos de historias humanas para clamar contra el esporádico racismo. A su espalda, en la rotonda donde trabajan nueve horas diarias, una de las vallas publicitarias lanzaba un eslogan elocuente: "Haciendo realidad tu imaginación".

'Quiero mi conciencia tranquila. Lo que no te pertenece, no es tuyo'. La honestidad de Okonkwo indica que no reclamará al propietario de la cartera la recompensa de 135 euros que le corresponde según el artículo 616 del Código Civil. 'Lo puedo descartar sin haber hablado aún con él', confirmó su abogado, Pedro García. Un portavoz policial aclaró que no existe ninguna obligación por parte del propietario de la cartera, mientras que Okonkwo no presente una reclamación judicial. 'Hacerle un regalo es sólo una costumbre, y por eso a los taxistas que devuelven carteras no se les premia. Depende del conductor', explicaron fuentes policiales. El nigeriano, que se dedicaba al mercadeo de productos usados en la capital nigeriana, Laos, enseñaba ayer a las cámaras el contraste de tono de piel que sufre después de trabajar nueve horas al sol en pleno agosto. Tras lograr la custodia de su hijo, su batalla actual busca lograr regularizar su estancia en España. 'El juez holandés afirmó que no había visto a nadie luchar tanto y con tanta fe por su hijo, así que me concedió la custodia', explicó Okonkwo. Ayer el nigeriano y su compañero encontraron la cartera en un golpe de suerte, pero la fe de ambos determinó que devolvieran el dinero poco después a la primera patrulla de policía que apareció por la rotonda. 'La primera razón que me indicó que debía devolverlo fue el miedo a Dios, luego porque mi honestidad me guía y finalmente que sería rico, pero no de la forma que quisiera Dios', explicaba en un inglés con fuerte acento. Los agentes pararon ante la petición de los prudentes vendedores ambulantes, que les entregaron la cartera de piel marrón con los 2.700 euros y el cheque. Los policías analizaron la documentación encontrada, localizaron a la empresa a la que pertenecía y bingo: la persona que sufrió el tremendo despiste era Fernando P. G., sevillano de 68 años que vio el cielo abierto cuando regresaba de hacer unas gestiones, informó la policía en un comunicado. En la comisaría del distrito de Triana-Los Remedios se le hizo entrega del dinero. A continuación, el propietario acudió a la rotonda para entregar los 50 euros, el 1,85% del dinero que percibió. 'Cuando llegó vi que es una cara conocida y casi siempre para en el semáforo con su moto', explicó Okonkwo. Esta mañana, ambos nigerianos estarán desde las 9.00 con la mano alzada, vendiendo pañuelos.

Amby Okonkwo vendía ayer pañuelos a una conductora en el mismo lugar donde encontró la cartera que entregó a la policía con 2.700 euros.
Amby Okonkwo vendía ayer pañuelos a una conductora en el mismo lugar donde encontró la cartera que entregó a la policía con 2.700 euros.JULIÁN ROJAS
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_