El incendio del geriátrico se cobra la séptima muerte

El incendio de la residencia Aurora de Sevilla se cobró una nueva muerte durante la madrugada de ayer. Manuel Martín Parra, de 83 años, falleció en el Hospital Virgen del Rocío, donde estaba ingresado desde el incendio del geriátrico en la madrugada del martes. Con la muerte de esta persona ya son siete las víctimas mortales de este siniestro, seis de las cuales fueron enterradas ayer. Cuatro personas continuaban ayer ingresadas, una en el Hospital Virgen Macarena y otras tres en el Virgen del Rocío, estas últimas evolucionaban de forma "favorable dentro de su gravedad", según informó la Consejería de Salud.

Mientras, la policía sigue investigando el siniestro. El inspector jefe de Delitos Violentos de la Policía Científica insistió en explicar que el fuego se produjo por una incidencia eléctrica en un colchón especial para personas con movilidad reducida o en el cable que lo conectaba a la corriente: "El cortocircuito se produjo a consecuencia del incendio, no fue la causa sino un efecto. Aunque en el vídeo se ve que unas luces se encienden, deduzco que fue por el calor del incendio que ya se estaba produciendo". Los investigadores descartaron que una subida de tensión externa al edificio desencadenara el fallo eléctrico que provocó las chispas y el posterior incendio.

De la habitación donde se originó el fuego, la policía rescató tres elementos de bulto: los restos del aire acondicionado, de un motor automático de la cama y los cables fundidos con la estructura del aparato. Además, restos de plásticos y cableado del suelo de los diferentes aparatos.

Autoprotección

La consejera de Igualdad, Micaela Navarro, indicó ayer que la residencia sólo estaba pendiente de que se le revisara el plan de autoprotección porque tenía aprobados los de seguridad y evacuación. Recordó que el geriátrico fue sometido a revisiones periódicas y siempre se confirmó que "se cumplían todos los requisitos de seguridad, de evacuación o los que tienen que ver con aspectos esenciales para que una residencia esté en funcionamiento". Según Navarro, el plan de autoprotección consiste, "entre otras cosas, en dar formación a los profesionales de la residencia para que en circunstancias como ésta sepan cómo actuar desde el primer momento".