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Columna
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¿Está lista IU para gobernar?

Si un partido tiene al alcance de su mano la posibilidad de entrar por vez primera en un gobierno de coalición, ¿es inteligente acusar a su futuro socio de promover ideas "totalitarias, racistas y fascistas"?

No parece lo más sensato. Pero es lo que acaba de hacer José Manuel Mariscal, secretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA), fuerza mayoritaria en la coalición Izquierda Unida (IU).

Porque si es cierto que ese partido, en este caso el PSOE de Andalucía, abriga esas ideas, ¿qué narices pintaría una coalición de izquierdas como IU formando gobierno con quienes promueven el fascismo con sus políticas económicas? Si no lo es, que no lo es, estamos ante un desvarío -esperemos que fugaz- de Mariscal, que es también diputado en el Parlamento andaluz.

OTOÑO CALIENTE (II)

IU tiene, por vez primera, una posibilidad de entrar en el Gobierno de la Junta de Andalucía. El panorama del nuevo curso político dibuja un mapa en el que la coalición de izquierdas puede jugar un papel decisivo. Con un PSOE-A en sus horas más bajas y un PP exultante porque las encuestas le dan ganador en las próximas elecciones autonómicas, aunque será prácticamente imposible que gobierne porque no parece que consiga mayoría absoluta, IU puede tener la llave del Gobierno. Y debería prepararse para ejercer ese importantísimo papel.

IU está ante la responsabilidad histórica de ser Gobierno. Porque es muy improbable que los socialistas repitan mayoría absoluta y el Partido Andalucista (PA), comodín del Gobierno andaluz cuando el PSOE ha estado en minoría, parece condenado a seguir siendo una fuerza extraparlamentaria.

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Sin renunciar a sus principios ideológicos, la coalición que lidera Diego Valderas debe modernizar su puesta en escena. Debe convencer a los miles de ex votantes socialistas huérfanos de urna de que son un partido listo para formar gobierno y no un grupo trasnochado de izquierdistas que confunden el progresismo con el desaliño indumentario y el exabrupto verbal.

IU tiene que ser crítico con el Gobierno socialista. Pero también ha de ser realista. Deberá dejar a un lado planteamientos irrealizables por utópicos. Es la hora de aportar soluciones concretas.

Pero sobre todo, ha de huir del estúpido seguidismo del PP que practica en ocasiones. Como si añoraran los años de la pinza (1994-96), con un Arenas y un Rejón dándose el pico parlamentario.

Por ejemplo: cuando Valderas dijo de la entrevista entre los presidentes Zapatero y Griñán que solo sirvió para hacerse una foto. ¿Cuantas veces no hemos escuchado esa simpleza a Javier Arenas? O cuando pide que la Junta devuelva los 1.475 millones que debe al Estado en solares. O cuando afirma que Chaves era mejor presidente que Griñán.

IU no debe perder el tiempo en reproducir los chistes fáciles del PP y concentrarse en lo fundamental: el paro, la crisis, los recortes sociales, las inversiones, la educación, la sanidad.

Con un aumento suave pero constante en la intención de voto (8,1%) y una valoración de su líder, Valderas, por encima de Arenas, IU está ante las mejores perspectivas electorales en décadas.

Solo hace falta que actualice mensaje y personas. Aún se recuerda con tristeza la salida de sus filas de dirigentes de la talla de Rosa Aguilar o Concha Caballero, lo que dejó a IU sin una sola mujer en el grupo parlamentario (seis diputados, seis hombres). Tomamos nota de la promesa de Valderas de corregir tamaño desafuero.

Y sobre todo, critiquen, pero no insulten. Porque no deja de ser un insulto gratuito decir que en las filas socialistas se promueve el fascismo y el racismo. Aunque solo sea porque muchos de los probables votos que pueden ir a IU saldrán del granero desencantado del PSOE.

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