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Reportaje:

La medicina se 'feminiza'

Las médicas serán mayoría en casi todas las especialidades dentro de una década

Dentro de diez años el perfil tipo del profesional de la medicina en Andalucía tendrá nombre de mujer. Ahora ese perfil lo representa un varón de entre 50 y 59 años, pero en 2019 las médicas serán mayoría en casi todas las especialidades. De los 17.055 profesionales que ejercían en 2007 la medicina en los hospitales y centros de salud andaluces -un 53% de los que están colegiados; el resto la ejercen en la empresa privada, están en paro o son jubilados-, un 62% (10.635) eran hombres frente al 38% (6.420) de mujeres.

Pero si se restringe este dato a los profesionales menores de 39 años, ya se observa cómo las cosas están cambiando deprisa: frente al 44% de médicos menores de 39 años hay un 56% de médicas ejerciendo en el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Y si se habla de especialidades, llama la atención el 66% de mujeres pediatras, el 64% que se dedica a hacer análisis clínicos, o el 61,9% que ejerce en la farmacología clínica. La ginecología y obstetricia, en cambio, sólo la ejercen, de momento, un 31,7% de mujeres.

De las 924 personas que entraron en el SAS en 2006, el 86,6% son mujeres
"La feminización tendrá consecuencias en el día a día organizativo"

Claro que si se echa un vistazo al listado de los Médicos Internos Residentes (MIR) que iniciaron la especialidad en el curso 2006/2007 se percibe enseguida que de los 924 que entraron en el SAS ese año, un 86,6% son mujeres.

Esto no significa más que una cosa: que también esta especialidad estará copada por las mujeres pronto. En general, hasta ahora, las mujeres optaban por especialidades de "actividad más estable" (farmacia, laboratorios o investigación); quizá porque esto les permitía compaginar mejor la profesión con la familia. Pero eso se acabó; pronto las mujeres serán mayoría en todas las áreas y en cualquier especialización.

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Los MIR son ese barómetro ideal para observar qué está ocurriendo en la sanidad andaluza en cuanto a comportamientos de género. Si en 2006 eran mujeres el 62,9% de quienes comenzaron a hacer la especialidad, dos años después, en 2008, este porcentaje se eleva al 66,3%. Algunas especialidades MIR a las que acuden las mujeres de forma masiva son la radioterapia oncológica (90%), la reumatología (86,5%), la rehabilitación (79,5%) o la ya citada ginecología. De las 50 especialidades a las que pueden optar cada año estos jóvenes para luego ejercer su profesión de médicos, tan sólo en 16 hay mayoría de hombres; inmunología (85,7%) y cirugía torácica (83,2%) son dos de estas especialidades en las que todavía los hombres arrasan.

Todo esto, ¿qué significa? ¿Qué cambios se imponen a partir del momento en el que las mujeres dominen la escena sanitaria? ¿Se flexibilizarán los horarios? ¿Se introducirán nuevos parámetros que faciliten el acceso de la mujer a la carrera profesional? ¿Recibirá mejor trato el paciente? Pilar Navarro, médica y profesora en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y autora del informe del que se extraen estos datos, (que acaba de presentar en la Comisión de Salud y Consumo del Senado), asegura que "la rápida feminización de la profesión médica debería, por lógica, tener consecuencias a medio plazo en el día a día de la organización sanitaria". El de la feminización del ejercicio de la medicina es el dato más llamativo.

Aunque hay otros como la necesidad "urgente", dice, de crear una base de datos nacional en la que estén registrados todos los profesionales médicos que ejercen en el Sistema Nacional de Salud, "si se quiere optimizar y aprovechar mejor los recursos humanos de los que se dispone", explica.

En cuanto a cómo atajar el problema que se avecina por la jubilación masiva de profesionales en los próximos años, Navarro propone abordar este tema fomentando la movilidad de los profesionales entre las autonomías y siendo flexibles para que médicos de prestigio que un día abandonaron la sanidad pública, por causas como la docencia, puedan volver a ella si quieren.

Mientras él es 'doctor', ella es la 'niña'

Cuenta Blanca Marcos, médica de familia en el centro de salud Albaicín (Granada) que todavía hay pacientes que a la médica la llaman "la niña" mientras que si es un hombre el que les atiende, es "el doctor". Es una anécdota, claro, pero viene a ilustrar lo que cuesta implantar el concepto de "iguales" en cualquier profesión.

Sin embargo, distintos estudios demuestran que las médicas se llevan la palma del éxito a la hora de ganarse el reconocimiento de los enfermos. "Todo lo que tiene que ver con áreas psicosociales: afectos, cuidados y relaciones familiares o problemas emocionales, lo gestionan mejor las médicas", resume Ana Delgado, docente e investigadora en la EASP.

Delgado destaca también que, en el área asistencial, "siempre según los estudios que hay hechos", las médicas son más participativas y realizan más actividades de prevención. Pero también en la praxis diaria, éstas, las médicas, tienen su talón de Aquiles. "Tenemos muchas dificultades para conciliar la vida familiar y profesional, y no hablemos ya de la promoción profesional... que ésa sí que nos cuesta. ¡Mucho más que a los hombres!", denuncia Blanca Marcos.

El horario flexible y la reducción de jornada son dos de esos puntos para los que la feminización sanitaria exigirá que haya cambios. Y cambios profundos habrá, también, por ejemplo, en la obstetricia y la ginecología, donde hasta ahora los hombres han impuesto sus propios criterios y parámetros.

Por otra parte, si las médicas deciden ser directivas -por ahora es una minoría la que está haciendo esta elección- "las horas a las que se fijan las reuniones o lo que duran éstas, que los hombres parece que nunca tienen prisa, son temas que requieren también un cambio", comenta Amparo Ortega, médica de familia, con dilatada experiencia en la labor directiva.

Ella sabe el coste añadido que tiene para las médicas esta elección para conciliar la vida laboral y familiar. "De pronto te caen tres trabajos: tu profesión, directiva y, por supuesto, la familia", resume.

Así pues, parece razonable pensar que, en Andalucía al menos, el ejercicio de la medicina, ya en un futuro inmediato, se presenta abocado al debate y, por supuesto, a los cambios. ¿Pero qué cambios? De momento, las médicas sólo piden que no les ocurra como a las enfermeras, que siendo mayoría (75%), los hombres se han apropiado del término -frecuentemente se escucha el término "enfermeros", pese a que haya mayoría de presencia femenina- y de más del 50% de los puestos directivos.

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