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Los mundos imposibles de Escher llenan Granada

El monumento y el Parque de las Ciencias reúnen 135 obras del artista holandés

La búsqueda de los mundos imposibles fue una de las obsesiones del artista holandés M. C. Escher, que nació en Leeuwarden en 1998, el mismo año que el poeta granadino Federico García Lorca lo hizo en Fuente Vaqueros, y que visitó por última vez la Alhambra en 1936, cuando el autor de Poeta en Nueva York fue fusilado.

Setenta y cinco años después de su segunda visita al recinto nazarí, el Patronato de la Alhambra y el Generalife y el Parque de las Ciencias han organizado una exposición que aglutina los mundos imaginarios de geometría, matemáticas, arquitectura y perspectiva del artista bajo el título de Universos infinitos. La muestra, que podrá visitarte hasta el 8 de enero, tiene un diseño envolvente y vanguardista y reúne 135 obras procedentes de la Fundación Escher. "Se trata de una mirada hacia la ciencia y las matemáticas a través de sus ilusiones ópticas y espacios imposibles", explicó ayer durante la presentación Borja Ferrater, comisario de la exposición junto a los arquitectos Carlos Ferrater y Juan Domingo Santos.

El artista reconoció al recinto nazarí como "su inspiración más fuerte"

En la muestra cobran una especial relevancia las dos visitas a la Alhambra del creador. Antes de encontrarse con el monumento, donde experimentó una metamorfosis artística, Escher trabajaba en la reproducción de la naturaleza. Sin embargo, las diferentes figuras geométricas de la Alhambra le llevaron a dar un giro radical a sus proyectos, que se convirtieron en juegos e inventos ópticos. Escher llegó a reconocer a la Alhambra como "su inspiración más fuerte". En uno de sus diarios puede leerse: "Esta mañana estuve en la Alhambra. Disfruté plenamente de esta sublime y aristocrática obra de arte. Por la tarde regresé allí otra vez y empecé a copiar los adornos mayólicos".

W. F. Veldhuysen, presidente de la Fundación Escher, hizo ayer hincapié en la importancia del monumento como punto de inflexión en la carrera del artista. "Él no podía tener ni idea del impacto que iba a provocarle, quedó gratamente sorprendido y fascinado por la grandiosidad de la simplicidad de su geometría, pero le resultó muy curioso que en la decoración no hubiera representación animal ni humana. Para él fue una inspiración completamente diferente".

"Tras ver la Alhambra, repitió muchas veces que los matemáticos habían abierto una puerta pero que no la habían cruzado ni habían visto los jardines maravillosos que hay tras ella", señaló Borja Ferrater.

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A la presentación de la muestra también asistió el hijo del artista, Jan Escher, que recordó cómo su padre dejó de pintar paisajes italianos tras su visita al monumento. "Desde entonces ya no hacía una obra detrás de otra, sino que la creación le costaba mucho trabajo y le llevaba mucho tiempo".

La exposición se divide en dos bloques ubicados en cada una de las sedes. En la Alhambra los visitantes podrán ver las secciones Los viajes a España, Escher y la Alhambra y Audiovisuales. La segunda parte de la exposición se encuentra instalada en el Parque de las Ciencias. En ella puede conocerse su primer periodo gráfico, de 1917 a 1937.

Aspecto de la exposición del artista holandés M. C. Escher en la Alhambra
Aspecto de la exposición del artista holandés M. C. Escher en la AlhambraM. ZARZA

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