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Reportaje:

El oro, un valor seguro ante la crisis

La feria Joyacor refleja la recuperación de la inversión en joyas y lingotes

En tiempos de crisis, paraguas de oro. Bajo el chaparrón de los números rojos, uno de los refugios que están encontrando los inversores es el de este metal precioso, que se puede adquirir tanto en la forma tradicional como joya, o en la más financiera del lingote de inversión. Y ya no son sólo los grandes inversores los que destinan sus valores a esos ladrillos dorados, sino también los particulares. Y es que el precio del oro se ha revalorizado en los últimos años. La cotización actual del oro de inversión es de 21.328 euros por kilo, mientras que hace cinco años era de unos 10.000 euros y hace una década su valor se movía en los 8.000 el kilo. El último incremento del precio áureo viene empujado por un aumento significativo de la demanda. Los expertos señalan que ésta se ha multiplicado por cinco en el último año en España.

La cotización del metal dorado se ha multiplicado por dos en cinco años

"En momentos de crisis, siempre han existido dos refugios para la inversión. Por un lado, los bienes inmuebles; y por otro, el oro. Coincidiendo con la crisis inmobiliaria y de la construcción, el oro se ha quedado solo", explica Julián Sardá, director de Sempsa, empresa líder en el sector de la venta de metales preciosos a fabricantes, vendiendo anualmente más de 200 millones de euros. Sempsa también oferta a los distribuidores la posibilidad de adquirir lingotes de oro de inversión con destino a particulares. En la feria de joyería de Córdoba, Joyacor, inaugurada ayer, esta firma exponía una muestra de sus productos. "El cliente se puede llevar lo que quiera, desde un lingote de cinco gramos (106,5 euros), hasta todas las toneladas que pueda pagar", explica por teléfono Julián Sardá.

Los expertos recuerdan que las personas que compren oro deben de tener en cuenta que éste es un valor refugio que garantiza, sobre todo, seguridad. "Como tal", dice Sardá, "no se puede buscar una rentabilidad en el corto plazo. Lo que hace el inversor es asegurarse el valor del activo que ya posee. Es posible que éste, con el tiempo, se doble, pero puede que no", advierte. Lo que sí parece claro, es que su valor no se devaluará. Es más, en momentos de crisis como el actual, en el que la demanda se dispara, su valor sube.

Hasta el año 2000, comprar lingotes de oro en España era prácticamente prohibitivo, debido al IVA y al resto de impuestos a los que estaba sujeto. Ya no existen estas ataduras, ni fiscales ni en la cantidad de adquisición posible. Pero los años de corsé han impedido que exista tradición en este tipo de inversión, por lo que se sigue observando como una novedad. No obstante, de manera indirecta, nunca se ha dejado de destinar dinero al oro, siempre en forma de joyas. Y ello sigue presente. "De la misma manera que nosotros estamos experimentando una aumento demanda en lingotes de inversión, lo lógico es que las joyerías empiecen a vender bastante más oro y plata, ya que los particulares saben que es una manera de asegurar su dinero", vaticina Julián Sardá.

De la misma opinión es Rafael Rodríguez Aparicio, secretario de la Asociación Provincial de Joyeros. "Vemos que la gente sigue comprando joyería, no con la alegría de antes, pero se sigue comprando y vendiendo", destaca. "En momentos de crisis como el que vivimos, cuando ni los sueldos ni los bancos ofrecen liquidez suficiente, los particulares recurren al joyero de casa para empeñar sus elementos de valor. Entonces descubren que le dan un buen dinero por ellos y se dan cuenta de que comprar una joya significa hacer toda una inversión", destaca. "Significa que, como mínimo, los compradores siempre podrán recuperar la inversión que hicieron en su día. Por eso se sigue comprando y vendiendo".

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Uno de los expositores del salón monográfico de joyería de Córdoba, Joyacor.
Uno de los expositores del salón monográfico de joyería de Córdoba, Joyacor.F. J. VARGAS

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