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Columna
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¡Qué país de lobos!

A veces, las noticias son como dentelladas de lobo. Se clavan profundamente en el alma y nos dejan abatidos. Estas son algunas recientes.

Somos los número uno en Europa en paro (4,7 millones) y en consumo de cocaína. El 3,2% de los españoles entre 15 y 64 años toma coca, frente al 1,2% de la media europea. Lo afirma el Observatorio Europeo de las Drogas.

Somos medalla de plata en consumo mundial de pornografía infantil. Estamos por detrás de Estados Unidos en cifras absolutas (86.767 adictos frente a 16.435), pero como la población estadounidense es casi siete veces la española, nos llevamos la medalla de oro. Informe de la Fundación Alia2.

Cada dos por tres, la policía detiene a ciberpederastas. El último, en Viator (Almería). Un joven de 20 años consiguió mediante engaño casi 1.000 vídeos y fotos de unos 600 adolescentes desnudos.

Alcohol: casi el 30% de jóvenes entre 12 y 17 años practica el binge drinking, es decir, beben a lo bestia. Encuesta del Plan Nacional sobre Drogas. En Andalucía, muchos alcaldes les construyen botellódromos.

¿Impuestos? Cuatro millones de españoles (uno de cada cinco en edad de trabajar) se mueven en la economía sumergida, lo que le supone al Estado una pérdida de 32.000 millones de euros anuales, más del doble del brutal plan de ahorro puesto en marcha el pasado año por Zapatero. Fundación de las Cajas de Ahorro.

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Las dentelladas de la información política no son menos sangrientas.

En Chiclana (Cádiz), se ha creado el Partido Vecinal Regionalista para legalizar 15.000 viviendas ilegales. En la Axarquía malagueña, la Junta indulta 11.000 viviendas levantadas en terrenos no urbanizables. Hay medio millón de casas ilegales en Andalucía. A los miles de ciudadanos que construyeron sus casas de acuerdo con la ley y pagaron sus impuestos se les queda cara de imbécil.

Dos acusados por delitos relacionados con el urbanismo y la corrupción aspiran a las alcaldías de El Ejido y de Córdoba. Son Juan Enciso y Rafael Gómez, Sandokán, ambos en libertad provisional bajo fianza de 300.000 euros.

Claro que el imputado más famoso del país es Francisco Camps, quien aspira a revalidar su cargo de presidente de la Comunidad Valenciana. Su foto firmando un documento contra la corrupción y la transparencia el pasado fin de semana en Palma de Mallorca es una de esas dentelladas que te arrancan los intestinos.

Buen sitio, Palma, para hablar de corrupción: 40 ex altos cargos del PP, entre ellos el expresidente Jaume Matas, están imputados en nueve casos de corrupción. Tres de ellos cumplen ya pena de prisión.

En el programa-marco Mas sociedad, menos Gobierno, presentado por los populares, se lee: "La respuesta ante los casos de corrupción debe ser justa y contundente". ¿Cómo en el caso de Camps, y los 24 altos cargos de su Gobierno que están imputados?

Transparencia: el Tribunal Constitucional tuvo que obligar el año pasado a Camps a contestar a las preguntas que se le hacían en el Parlamento sobre el caso Gürtel, por el que está a punto de sentarse en el banquillo. Nunca dio una rueda de prensa sobre el tema. La consejera Mar Moreno ha ofrecido media docena sobre los ERE.

También hablaron los populares de austeridad. Justo la semana en la que se conocía que 48 altos cargos del Ayuntamiento madrileño cobran más que el presidente del Gobierno (90.000 euros) y, además, presentan facturas ¡de cinco euros! para la formación de sus hijos con cargo al fondo de Ayuda Social del municipio.

Javier Arenas, fiel al espíritu de la manada popular, exculpa a sus amigos valencianos pero lanza aullidos acusando a Griñán de saber, tapar y autorizar los falsos ERE. Sin pruebas. Como siempre.

Corolario: suscribo aquella exclamación de Emilia Pardo Bazán en Los pazos de Ulloa: "¡Qué país de lobos!".

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