La pérdida de activos en la ganadería amenaza las dehesas
Estos espacios de alto valor ecológico ocupan el 10% del territorio andaluz
El 10% del territorio andaluz está ocupado por dehesas, unos espacios de alto valor biológico seriamente amenazados la pérdida progresiva de activos en el sector ganadero debido a la, cada vez, menor rentabilidad. Unas jornadas celebradas en la Universidad de Jaén y organizadas por la Dirección General de Educación Ambiental han alertado sobre el peligro de desaparición que corren las dehesas si no se pones pronto remedios.
"Se trata de un paisaje cultural especialmente denostado hasta ahora por no poder ser intensificado productivamente, pero cuyo equilibrio ecológico lo hace ahora un referente de desarrollo sostenible a partir de los aprovechamientos y usos tradicionales, con grandes posibilidades en un futuro de desarrollo rural sostenible basado en lo agrario", asegura Alicia Sevilla, bióloga de la empresa de gestión ambiental Alcapared, que ha dirigido estas jornadas.
No sólo el cambio climático se ha convertido en una seria amenaza para las dehesas. La mayor inquietud viene de la mano de los ganaderos, que han sido los artífices de la conservación de estos espacios y que ahora ven como el relevo generacional está seriamente amenazado por la falta de rentabilidad debido al encarecimiento de los pastos o las trabas administrativas para poder mover los animales. "Hay que añadir la progresiva limitación de las cañadas por la invasión de otros cultivos, en especial el olivar, y también por la presión inmobiliaria", indica Alejandro Gallego, técnico de Alcapared. Por el contrario, la ganadería no sólo garantiza el equilibrio ecológico de estos espacios, sino que también reduce de manera significativa el riesgo de incendios.
Las conclusiones de estas jornadas se van a integrar en el llamado Pacto Andaluz por la Dehesa, rubricado el año pasado entre las consejerías de Agricultura y de Medio Ambiente. Se trata de un documento que pretende implicar a la sociedad y a las administraciones en la supervivencia de este ecosistema único en Europa. El Pacto Andaluz por la Dehesa hace especial referencia a la necesidad de regenerar la cobertura vegetal de estos sistemas y mejorar la rentabilidad económica de sus producciones, ante las amenazas que actualmente suponen factores como el cambio climático y el deterioro y progresivo envejecimiento de su arbolado.
La Junta ha propuesto a la Unión Europea el reconocimiento de la dehesa como un modelo de desarrollo sostenible, que debe contar con el apoyo en el marco de las políticas agrarias y medioambientales comunitarias.
La dehesa andaluza ocupa una superficie aproximada de un millón de hectáreas -la décima parte del territorio andaluz-, con una especial presencia en Sierra Morena y las serranías gaditanas. En la Península Ibérica, Andalucía comparte este modo de explotación de los recursos con Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla-León y la región portuguesa del Alentejo, principalmente. La comunidad autónoma cuenta con la Reserva de la Biosfera de las Dehesas de Sierra Morena, declarada por la Unesco en 2002. Sus 424.000 hectáreas la convierten en el mayor espacio protegido de este tipo en España y uno de los mayores del planeta.
La Junta está impulsando medidas agroambientales y de apoyo a la transformación y comercialización de producto de la dehesa, además de programas para mejorar la situación fitosanitaria del arbolado y la producción corchera andaluza.
Mientras, la firma Alcapared lleva a cabo el programa El futuro de la dehesa en el que rescata la memoria de los mayores acerca de la vida en la dehesa, buscando la visión de los protagonistas económicos actuales, y también tratando de involucrar a las nuevas generaciones (los colegios de primaria) en la recuperación de estas dehesas. Pastores serranos, mayorales de ganado bravo, encargados de fincas, guardas, carboneros, etc., son los protagonistas de unos espacios que están seriamente amenazados.
