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Una provocadora ternura

El Centro Andaluz de Fotografía resume la vibrante carrera de Jorge Rueda

Jorge Rueda quiso llamar a su retrospectiva Mamones. Tenía incluso una argumentación. Todos los seres humanos maman, así que una recopilación diversa de hombres y mujeres no podía tener mejor título. Pero finalmente se impuso un título menos controvertido. En Human, como finalmente se llama su exposición recopilatoria, el fotógrafo almeriense resume casi cuatro décadas de trabajo con el surrealismo como bandera. "Es un provocador pero con ternura", destaca Pablo Juliá, director del Centro Andaluz de Fotografía (CAF). La Diputación de Cádiz es la sede de este estreno que se mueve entre desbordantes imágenes y delirantes impactos visuales.

Rueda fue un revolucionario. Fue redactor gráfico de la revista Triunfo y después fue uno de los fundadores de Nueva lente, publicación nacida en los años setenta y de la que él llegó a ser director. Se convirtió en esponja de las vanguardias artísticas que por aquel entonces encontraban hueco en los quioscos. A la cabeza de ese movimiento, el fotógrafo almeriense halló el reconocimiento en sus apuestas valientes que acercaban su obra al dadaísmo. No recurrió a los programas informáticos que vendrían después. Sus imágenes, ahora recogidas en Human, llaman la atención por su cuidada y certera técnica.

"Creó un universo, un mundo propio", explica el director del CAF
Las imágenes están sacadas del trabajo que realizó entre 1970 y 2007

Más allá de la forma, Jorge Rueda centró su objetivo en el cambio de la realidad. "Empezó haciendo fotografía de prensa pero después fue introduciendo modificaciones. Él fue un pionero. Es el padre de la fotografía contemporánea", defiende un entregado Pablo Juliá, ferviente admirador de la obra del almeriense. "Creó un universo, un mundo propio, del que muchos se han alimentado posteriormente, pero él fue el primero, el creador", señala el director del CAF.

La exposición se puebla de retratos imposibles. Un enorme pene sobrevuela un obelisco. Un candado cierra el órgano sexual de una mujer. Un zeppelín con forma de pepino surca el cielo. Una mujer sin ropa en pleno desfile militar. Un jabalí listo para ser comido en una cena de navidad. Están sacadas del trabajo que Rueda realizó entre 1970 y 2007. Al autor le tocó atravesar el paso a la democracia y lo hizo con grandes dosis de atrevimiento. "Hizo del surrealismo su fórmula para crear", explica Pablo Juliá.

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La muestra repasa la evolución de la carrera del fotógrafo que el mismo autor definió como "un penoso caos repleto de irregularidades". La visión de sus imágenes sorprende y llama la atención por la complejidad de su técnica, sin artificios informáticos, pero con un laborioso proceso mecánico. El Centro Andaluz de Fotografía no se cansa de reconocer su trabajo y difundirlo. "Ha sido un precursor y nos abrió a todos los fotógrafos una manera diferente de mirar", argumenta el director.

A las fotografías de Jorge Rueda les han dado muchas interpretaciones como la del militar sin cabeza en la que algunos creyeron ver a Carrero Blanco. Le tocó una etapa de cambios y resistió el paso de las décadas con un juego de imágenes polisémicas abiertas a la libre interpretación. La tierna provocación del almeriense se expone estos días en Cádiz bajo el contenido título de Human.

en el palacio provincial de cádiz. de 10.00 a 14.00. de 18.00 a 21.00. sábados, domingos y festivos. de 12.00 a 14.30. hasta el 15 de noviembre.

Una de las fotografías de Jorge Rueda que pueden verse en Cádiz.
Una de las fotografías de Jorge Rueda que pueden verse en Cádiz.Jorge Rueda

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