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Reportaje:

La resurrección de las Atarazanas

El nuevo CaixaForum Sevilla, proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, convertirá el monumento del siglo XIII en una gran plaza pública

Margot Molina

El arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra convertirá las Reales Atarazanas de Sevilla, un edificio del siglo XIII ubicado en pleno centro histórico de la ciudad y con 7.200 metros cuadrados de planta, en el CaixaForum Sevilla, un centro cultural y social que la entidad financiera tiene previsto inaugurar en 2015.

Ubicado en "el espacio civil más imponente de la ciudad", según la memoria del proyecto arquitectónico que ha ganado el concurso restringido al que se invitó a diez estudios, la propuesta de Vázquez Consuegra respeta las siete naves existentes y mantiene su cota actual -cinco metros por encima de la original cuando se construyó en 1252-, adaptando la planta alta para resolver las necesidades del centro cultural. Todo en función de su gran apuesta: crear un enorme espacio público para la ciudad en la planta baja del monumento.

"El proyecto usa tres materiales básicos -acero, madera y vidrio- que resaltarán la belleza cromática del ladrillo visto del edificio", adelantó ayer en Sevilla el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, tras descubrir la maqueta del nuevo CaixaForum. Vázquez Consuegra, Premio Nacional de Arquitectura en 2005 y autor de varios proyectos relacionados con la navegación entre los que destaca el Museo del Mar y de la Navegación de Génova (Italia), no asistió ayer al acto. La entidad ha aplazado la presentación detallada del proyecto para el próximo día 23.

La Caixa tiene la cesión temporal de las Reales Atarazanas, edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC), por 75 años. Transcurrido ese tiempo, la propiedad volverá a la Junta de Andalucía que podrá recuperar el monumento rehabilitado "sin tener que pagar ni un euro", en palabras del director general de la Fundación La Caixa, Jaume Lanaspa, o prolongar la cesión de uso a la entidad.

"Por importancia patrimonial, por belleza y por extensión, éste será, sin duda, el mejor de los CaixaForum", comentó ayer Lanaspa tras la presentación que realizaron en las mismas Atarazanas el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y el presidente de La Caixa. Griñán y Fainé firmaron también un convenio de colaboración para los próximos tres años que supone una inversión de 45 millones de euros en programas sociales, educativos, culturales y medioambientales.

Aunque la entidad no ha dado todavía una cifra, la operación de rehabilitación del edificio estará en torno a los 100 millones de euros. "Lo único que podemos decir por ahora es que La Caixa se comprometió a realizar una inversión mínima de 20 millones de euros", afirmó Jesús Arroyo, jefe de prensa de la entidad, haciendo referencia al acuerdo con la Consejería de Cultura del pasado 31 de marzo.

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La entidad catalana cuenta ya con tres centros culturales ubicados en edificios rehabilitados y con otro en construcción en Zaragoza. Los que están en funcionamiento son los de Barcelona, la fábrica Casaramona rehabilitada por el sevillano Roberto Luna; la antigua Central Eléctrica del Mediodía de Madrid, un proyecto del estudio Herzog & De Meuron, y el de Palma de Mallorca, que ocupa el Gran Hotel, un edificio modernista del arquitecto catalán Doménech i Montaner.

Interior de las Reales Atarazanas, ayer durante la presentación del proyecto que convertirá al edificio en el nuevo CaixaForum Sevilla.
Interior de las Reales Atarazanas, ayer durante la presentación del proyecto que convertirá al edificio en el nuevo CaixaForum Sevilla.ALEJANDRO RUESGA

Un edificio con vistas

Con el proyecto del nuevo CaixaForum Sevilla, Guillermo Vázquez Consuegra (Sevilla, 1945), podrá paliar uno de los grandes males que, en su opinión, sufre la ciudad: la pérdida de espacios públicos. El arquitecto, que actualmente completa la segunda fase de la rehabilitación del palacio de San Telmo -sede de la Presidencia en la capital andaluza-, propone mantener la cota actual de las Reales Atarazanas y abrir todos los arcos de la calle Dos de Mayo -que se convertirá en la entrada principal-, de forma que la planta baja del monumento será un gran espacio diáfano disponible para cualquier uso, una especie de plaza pública cubierta. En la fachada principal actual, una intervención del siglo XVIII para convertir las Atarazanas en cuartel, se ubicarán las oficinas y la gran sala de exposiciones. El auditorio, con capacidad para unos 400 espectadores, ocupará la extensión de cinco naves de forma transversal en el primer piso, nivel que compartirá con otras salas de exposiciones, una biblioteca y un gran restaurante con cubierta vegetal y enormes ventanales que incorporarán unas impresionantes vistas de la Catedral y la Giralda. Un valor añadido con el que se encontrarán las Reales Atarazanas en esta nueva etapa de su larga vida.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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