El robo de 40 calabazas

El primer cortometraje de Gonzalo Merat (Sevilla, 1975) tendrá unas figurantes de gran tamaño: 40 calabazas de temporada, que son la clave de la historia argumental que le ha servido para su estreno en el cine. A su debut le ha llamado El libro talonario y está basado en un relato de Pedro Antonio de Alarcón, que el joven director también ha adaptado. "Es un CSI de época", explica Merat. El rodaje se iniciará a finales de este mes en las calles de la localidad gaditana de Rota.

Merat es director, guionista y también productor. Su sueño cinematográfico se forjó entre sus estudios de diseño artístico y creación de páginas web, áreas en las que se formó y trabajó pero siempre con la ilusión de contribuir con sus ideas al séptimo arte. El año pasado entró en una escuela de cine en Madrid y ahora ha creado la productora Gritoinside para poner en marcha su primer corto. Narra el robo de cuarenta calabazas en la finca de un mayeto, un cultivador minifundista de los que abundaban en Rota en el siglo XIX. La sustracción le lleva a una situación límite. Acude desesperado al mercado para localizar al ladrón, donde no tarda en reconocer sus calabazas. Ahora tendrá que demostrar que son suyas, una cita con la verdad que se produce en un juicio de inesperado final.

La historia se remonta a 1877, lo que ha obligado a esforzarse por ambientar las calles de Rota, cuidar la escenografía y el vestuario y precisar las localizaciones para ajustarse a los tiempos del argumento. El cortometraje se rodará en la plaza Bartolomé Pérez, que servirá de mercado, y en el castillo de Luna, sede actual del Ayuntamiento, que será convertido en el lugar donde se celebre el juicio. La casa del protagonista será el museo de la mayetería y también habrá escenas en las huertas de la localidad.

Merat tiene a su cargo a un equipo de 20 técnicos y una decena de actores principales, aunque la escena del mercado tendrá hasta 60 extras seleccionados en Rota. El rodaje ha sido fijado para el período entre el 27 y el 30 de abril. El director confía en que el montaje permita tener lista la película para su estrena a finales de verano. Cuenta con un presupuesto de 60.000 euros. "Hemos tenido suerte en la financiación", reconoce. Al ser una historia de marcado carácter local, concitó el interés de entidades municipales como el Ayuntamiento de Rota y la Fundación Alcalde Zoilo Ruiz Mateos han ayudado a impulsar la película con aportaciones económicas.

"Hemos querido recuperar una parte de la Historia de Rota, rescatar una forma de vida y aderezarla con un punto de thriller", explica Merat. Fue su padre el que le invitó a leer el relato de Pedro Antonio de Alarcón ambientado en Rota. "Él me dijo que era sencillo. Lo leí y me encantó. Es una idea muy cinematográfica con una narrativa muy bien estructurada". La vinculación roteña se la ha ganado el director del cortometraje en largos períodos, sobre todo, vacacionales.

El equipo se mueve ahora entre las calles de la ciudad, donde se ultiman los detalles para el rodaje. Entre sus monumentos y sus huertas, donde varias calabazas han pasado las pruebas para convertirse en figurantes de la primera película de Gonzalo Merat. Ha sido la ausencia de unas calabazas idóneas las que han retrasado el inicio de las grabaciones. También se mueven entre utensilios y vestuario del siglo XIX. Merat ha recibido asesoramiento del Museo del Traje, dependiente del Ministerio de Cultura, para cuidar al máximo cada detalle.

El libro talonario llegará a las pantallas a partir de septiembre. "Lo queremos presentar a festivales y televisiones para darle la máxima difusión", anuncia Merat. Algunas imágenes se pueden ver ya en la página web www.gritoinside.com. Son los primeros pasos de un director, productor y guionista andaluz.