El sindicato UFP pide que el comisario de Sevilla dimita
Cuando un policía interviene en un atraco o persigue a un hombre armado, a menudo su chaleco antibala está costeado con su propio sueldo. Hay agentes que arriesgan su vida y trabajan sin el chaleco porque el cuerpo no renueva el material básico como los chalecos, los guantes anticortes de seguridad y las botas. Esas alarmantes carencias fueron ayer denunciadas por el sindicato policial UFP en una concentración frente a la Jefatura Superior de Policía de Sevilla para pedir la dimisión del comisario provincial, Juan Rojo.
"Una comisaría no es un cortijo. Rechazamos los expedientes disciplinarios injustos, los cambios de destino arbitrarios y la falta de medios para trabajar, responsabilidad de Rojo", censuró ayer el secretario general de UFP en Sevilla, Antonio Jurado. El sindicato representa a 1.200 agentes disconformes con un comisario que se niega a recibirles.
Las averías de los coches a menudo no son reparadas y las medallas y reconocimientos han sido restringidos por la baja de productividad iniciada tras el recorte de los salarios el pasado verano. Un policía gana una media de 1.400 euros al mes. De fondo late el conflicto con la Policía Local sevillana. UFP critica que tanto Rojo como el jefe superior de policía, Antonio Jesús Figal, no apoyan a los policías, que protestan por la "invasión de competencias de la Policía Local". Rojo rehusó contestar las llamadas de este diario.