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La superficie construida en la región se ha quintuplicado en medio siglo

La población de las grandes ciudades creció un 92% y el suelo urbano, un 353%

Ginés Donaire

La fiebre por el ladrillo desatada en Andalucía en los últimos años ha disparado el suelo urbano en el mercado a costa, eso sí, de la superficie agrícola y forestal. Aunque se trata de un problema acentuado en la última década -en especial en el litoral andaluz- esta tendencia desmedida se viene registrando desde el último medio siglo.

Así, según el último informe elaborado por la Consejería de Medio Ambiente, las ciudades andaluzas quintuplicaron la superficie construida en el periodo 1956-2003, un aumento producido a costa de acabar con superficies dedicadas a zonas agrícolas (en un 76,40%) y forestales (23,17%).

"Se han producido cambios intensos, rápidos y conflictivos en los usos del suelo"

Este crecimiento desproporcionado ha estado muy por encima del aumento de población que han tenido los municipios andaluces. Esta circunstancia se refleja especialmente en las llamadas ciudades medias, entre 50.000 a 100.000 habitantes, que han incrementado su población en un 115,9% desde 1956 pero, sin embargo, tienen un 593,6% más de superficie construida. En las grandes urbes, las de más de 100.000 habitantes, la población creció un 92,8% y el suelo urbano lo hizo un 353,3%. El crecimiento de la superficie construida también ha estado por encima del 300% durante este periodo en el resto de poblaciones de la comunidad.

El crecimiento reciente de nuestras ciudades (de la superficie construida) no se produce como respuesta al incremento de la población, sino que se presenta tasas de cambio muy superiores a las que hubiese requerido en respuesta a las necesidades de vivienda, dotaciones y servicios por parte de dicha población (...) Como consecuencia, se han producido cambios rápidos, intensos y conflictivos en los usos del suelo, que afectan a la morfología, la estructura y el medio ambiente de la ciudad y su entorno, y a las diferentes formas de paisaje, admite la Consejería en el informe de Medio Ambiente 2007. Entre los problemas derivados de este desarrollo incontrolado, la Junta alude a la depuración de aguas, el consumo de energía, la gestión de los residuos urbanos o la apropiación desvirtuada de espacios adyacentes a la ciudad.

Aunque esta dinámica se traslada a la totalidad del espacio regional, se agudiza entre las ciudades medias y grandes urbes, que acogieron el éxodo rural a partir de mediados de siglo. Así, las ciudades mayores de 30.000 habitantes aumentaron su población un 53,3% en el periodo 1950-2001, un porcentaje que disminuyó hasta el 8,9% a partir de 1981. En la actualidad, el 79% de los andaluces residen en municipios mayores de 10.000 habitantes, y el 46% viven en grandes ciudades.

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Pero es en los municipios que ocupan la franja del litoral -donde vive el 35% de la población andaluza- donde se manifiesta más intensamente el crecimiento demográfico y, por ende, el de superficie construida. Destaca el caso del municipio de Huércal de Almería, con un crecimiento de su censo superior al 225% entre 1991 y 2007. También por encima del 150% se encuentran los municipios malagueños de Rincón de la Victoria y Manilva y el almeriense de Roquetas del Mar. Por encima del 100% están otros enclaves costeros emblemáticos como Torremolinos o Benalmádena y, por encima del 50%, Marbella, Estepona, Fuengirola, El Ejido, Chiclana de la Frontera, Nerja o Cartaya. En estos territorios, la demanda hídrica ha crecido un 23,4% desde el año 1986.

La puesta en valor de suelo urbano ha ido en detrimento de la pérdida de suelo agrícola y forestal. Si el tejido urbano es el que más beneficio ha sacado a las superficies agrícolas (47%) son las urbanizaciones las que más han afectado al paisaje forestal (33,2%) debido al interés de los promotores inmobiliarios en procurar un valor añadido a sus construcciones rentabilizando a su favor la variable ambiental, sostienen los responsables de Medio Ambiente. Sevilla y Málaga son las provincias que más suelo agrícola han alterado, con un 16,66 y un 19,66%, respectivamente.

La tendencia al desarrollo urbanístico desenfrenado de las últimas décadas se manifiesta también en las altas densidades de las principales ciudades andaluzas, como es el caso de la capital malagueña, por encima de 1.000 habitantes por kilómetro cuadrado, o los más de 10.000 de la capital gaditana, debido a su reducido tamaño. El informe de la Consejería de Medio Ambiente se refiere, sin nombrarla, a la especulación urbanística como uno de los principales factores que generan este tipo de tensiones ambientales. La dinámica responde a causas que van más allá del turismo y a una consolidación de su desarrollo territorial, para el cual es pertinente una adecuada ordenación urbanística que se imbrique en lo establecido por los planes subregionales de ordenación del territorio.

El tráfico sube un 58%

Una de las consecuencias del crecimiento desorbitado de la población en las grandes ciudades en las últimas décadas ha sido el aumento del tráfico. Según el informe de Medio Ambiente, las grandes ciudades (más de 100.000 habitantes) soportaban en 1991 el tráfico de 856.041 vehículos, pero en 2006 el número de coches se había elevado a 1.353.271, es decir, un 58% más en apenas 15 años.

Si se tiene en cuenta que el 80% de la contaminación acústica la generan los vehículos, no es extraño que los andaluces sitúen este problema entre sus principales quejas medioambientales.

Y es que, más de un 80% de la población andaluza elige el vehículo privado para los desplazamientos frente al transporte público. Medio Ambiente aboga en ese sentido por "transformar" el concepto de movilidad como derecho individual apoyando al transporte público "como necesidad y derecho colectivo".

Tasas de cambios en Andalucía

- Tasa de cambio de superficie construida en las capitales andaluzas en el periodo 1956-2003: 353,3%

- Tasa de cambio de la población en las capitales andaluzas en el periodo 1956-2003: 92,8%.

- El tejido urbano ha crecido a costa del suelo agrícola (76,40%) y forestal (23,17%).

- Sevilla y málaga son las provincias que más suelo agrícola han alterado, con un 16,66% y un 19,66%, respectivamente.

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