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Reportaje:ACTIVIDADES CULTURALES

La tumba de los reyes gigantes

Los dólmenes de Antequera, una opción 'astroarqueológica' para este verano

Pablo Ferri

El sol pule la calzada y el coche resbala perezoso. Antequera se adivina al fondo y la Peña de los Enamorados se viste de cartel indicativo; el puerto de Las Pedrizas se ha quedado atrás. El municipio malagueño se prepara para celebrar el equinoccio de otoño, cuando el astro rey ilumine por completo el interior del dolmen de Viera -la tumba del gigante rey-, uno de los tres que hay en Antequera. A diferencia de la imagen típica del dolmen, una gran piedra apoyada sobre otras dos verticales, los de Antequera son más grandes, más profundos, dólmenes de casta. Puede visitarlos este mes de agosto si se cansa de tanta playa.

Los dólmenes de Antequera se construyeron entre el 5.000 y el 4.000 antes de Cristo. Los de Menga y Viera son los más antiguos. El primero está orientado hacia la peña y el segundo, al sol. El de El Romeral está orientado a la sierra del Torcal. Los pueblos prehistóricos que habitaron lo que hoy es Antequera diseñaron una cámara que cubrieron de piedras, unas haciendo de pared y otras de techo. Una vez hecho esto, las cubrían con tierra hasta levantar un pequeño cerro artificial: el túmulo. La altura de Menga y Viera coincide, curiosamente, con el antequerano cerro de Marimacho, éste sí, natural: 502 metros.

Si se traza una línea recta por el eje de los dólmenes se llega a la peña

El dolmen es misterioso por definición. No importa su silueta, puede estar formado por tres piedras -trilito-, o por una veintena como es el caso de los megalitos de Antequera. En Astérix y la hoz de oro, por ejemplo, el maleante Gangsterix esconde debajo de un trilito cientos de hoces con las que pretende traficar. En el mundo real, los dólmenes de Stonehenge, al sur de Inglaterra, son, según la leyenda, sede de ritos druidas y celtas. Incluso hay quien dice que el mismísimo Belcebú robó las piedras a una anciana... Los de Antequera, si no misteriosos, son especiales. Bartolomé Ruiz, director del conjunto arqueológico, explica que "la mayoría de los dólmenes que hay en el mundo están orientados al sol, en cambio, aquí, sólo el de Viera tiene esa orientación". Es una tumba, una "de alguien importante", con una cámara mortuoria al fondo. Los otros dos, el de Menga y El Romeral, "parecen más bien templos rituales". El dolmen de Menga tiene su historia. Es quizá el más grande, una de sus rocas que sirve de cubierta pesa alrededor de 160.000 kilos y dos ortostatos -piedras en posición vertical- hacen de pilares. Hay pinturas rupestres en la pared y un pozo de 19 metros y medio al fondo, "la misma longitud que tiene la cámara" apunta divertido Bartolomé Ruiz. "Y más curioso todavía es que si trazas una línea recta que pase por el eje de los tres dólmenes, acabas en la peña". Sonríe y camina.

Cuenta la leyenda que una pareja de amantes se lanzó al vacío desde lo alto de la Peña de los Enamorados hacia el siglo XV. Nadie entendía su amor; ella era árabe y hermosa a rabiar, él cristiano y osado. También se dice que no llegaron a tirarse, que consiguieron el permiso real cuando estaban a punto. Los jóvenes accedieron a bajar del peñasco para que el rey de Granada los casase. En la ladera, unos pastores quisieron abusar de la doncella y mataron al joven. Ella, viendo el panorama, se clavó una espada y murió. Pero es la leyenda. Lo que queda es el paraje, la peña y los tres dólmenes de Antequera con la sierra del Torcal al fondo.

Pero no todo es tierra y piedra, no se apure. En Antequera existe un restaurante que en el pueblo conocen como La casa de Charo. Bartolomé Ruiz garantiza que hará sus delicias. "Sopas frias, gazpacho de tomate, de espárragos, porra y de plato fuerte, el chivo a la caldereta -deshuesado sobre un lecho de patatas-. De postre Tostón molinico". Suena bien. Y camino a Málaga, Casabermeja, en cuyo cementerio los muertos reposan de pie, y Villanueva de Cauche, en donde todas las casas pertenecen a la marquesa de Cauche. El tributo, una gallina al año por vivienda. Todo un

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paraje.

conjunto arqueológico de antequera (málaga). abre todos los días de 9.00 a 18.00; los domingos de 9.00 a 14.30. gratuito.

El director del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, Bartolomé Ruiz, el pasado lunes en el dolmen de Menga.
El director del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, Bartolomé Ruiz, el pasado lunes en el dolmen de Menga.GARCÍA-SANTOS

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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