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La única presa en emergencia pierde 152 litros al segundo por filtraciones

El Quiebrajano no cubre la demanda urbana, pese a la lluvia recibida

Ginés Donaire

Las abundantes lluvias de las últimas semanas han aliviado sobremanera la situación hidrológica de los embalses andaluces, pero también han servido para poner al descubierto las graves deficiencias de algunas de las infraestructuras hídricas. El caso más llamativo es el pantano jiennense del Quiebrajano, el único de toda la cuenca del Guadalquivir que permanece en situación de emergencia (agua embalsada para menos de un año) a pesar de los 524 litros por metro cuadrado recibidos desde el inicio del año hidrológico, el pasado 1 de octubre.

Con una capacidad de 31,6 hectómetros cúbicos, este embalse, que llegó a estar el pasado verano al 2%, apenas supera en la actualidad el 24% -ocho puntos más que hace una semana- y todo motivo por las importantes fugas de agua que sufre. Según un informe hidrogeológico de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, este embalse pierde una media de 152 litros por segundo, es decir, cerca de cinco hectómetros cúbicos al año o, lo que es lo mismo, el 15% de su capacidad total.

El pantano está construido sobre materiales muy permeables
Pese a las lluvias recibidas (524 litros), el embalse está a un 25%

El pantano, diseñado para el abastecimiento a Jaén y su área de influencia aunque en la actualidad no cumple ese cometido por sus bajas reservas, está construido sobre materiales muy permeables lo que hace que las filtraciones sean muy notables, así como la capacidad para transmitir cualquier tipo de contaminantes procedentes de los trabajos agrícolas y de lodos que arrastran las aguas superficiales cuando hay algún episodio de lluvia intensa.

Se trata de "infiltraciones de gran envergadura sobre acuíferos kársticos, a pesar del esfuerzo realizado para su impermeabilización mediante inyecciones masivas de cementos u otros impermeabilizantes, y recubrimientos del vaso o la cerrada, sin que hayan tenido el efecto deseado", aseguran en un informe hidrogeológico José Benavente, del Instituto del Agua de la Universidad de Granada, Javier Gollonet, hidrogeólogo granadino, y Mari Carmen Hidalgo, del departamento de Geología de la Escuela Politécnica de Linares.

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El pantano en cuestión forma parte del sistema de abastecimiento Quiebrajano-Víboras de la cabecera del Guadalquivir, un sistema que debe abastecer a una población de 221.000 habitantes con una demanda media de 43.900 metros cúbicos al día en el caso del Quiebrajano.

La situación de emergencia de este embalse -el pasado verano llegó a estar al 2% de su capacidad- obligó a la Confederación del Guadalquivir a derivar el abastecimiento a Jaén y su entorno a través de las captaciones de los sondeos de La Merced, Peñas de Castro y Mingo, pese a que algunos de estos acuíferos han presentado en ocasiones problemas de contaminación por pesticidas o fertilizantes al realizarse las tomas sobre el propio río y no directamente los manantiales.

El ministerio planea construir un embalse aledaño que tendría los mismos problemas

La deficiencia estructural del pantano del Quiebrajano no ha impedido que el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, haya proyectado la construcción de otra presa, la de contención de avenidas del río Eliche, en el mismo escenario geológico y a escasos metros que la del Quiebrajano.

Esta presa ha suscitado una enorme controversia entre quienes son partidarios de ella -los vecinos de las zonas residenciales de segundas viviendas que se inundan con cierta frecuencia por su cercanía al cauce del río- y los vecinos del municipio de Los Villares, que han presentado más de 3.000 firmas en contra del proyecto por su enorme impacto ambiental.

La plataforma ciudadana contraria a la presa del río Eliche está a la espera de que la Confederación resuelva el millar de alegaciones presentadas. Entre ellas figuran las conclusiones del informe hidrogeológico de los profesores Benavente, Gollonet e Hidalgo en el que se alerta de que esa presa provocaría un alto riesgo de contaminación por nitratos, pesticidas y fertilizantes en el acuífero Grajales-Pandera, que soporta una las principales fuentes de suministro de la cuenca del Guadalquivir; "lo que tendría efectos de fatales consecuencias y difíciles de eliminar, así como sobre otras captaciones particulares con escaso o nulo control sanitario y utilizadas para usos domésticos", se indica en el informe, donde se recalca que esta infraestructura se ha diseñado en unos terrenos de gran permeabilidad.

El Ministerio de Medio Ambiente ha evaluado en 45 millones de euros el coste de esta presa de contención del río Eliche.

Sin embargo, la plataforma ciudadana de Los Villares considera que con menos de ese dinero se podría indemnizar a los propietarios de las viviendas que, según un informe de la Confederación, habría que demoler por su proximidad al río.

"Se evitaría así una obra de gran impacto ecológico y ambiental y que se tropezara dos veces en la misma piedra", indica el portavoz de la plataforma, Manuel Molinos.

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